En el mes de marzo se celebra la semana de sensibilización de la sal en todo el mundo, poniendo el foco en que el consumo excesivo de sal en la niñez acrecienta el riesgo de continuar este consumo en la vida adulta y puede generar hipertensión arterial (HTA), que es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y uno de los más importantes de enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, renal, entre otras.
Aunque no se conozca o imagine, los niños y niñas también pueden sufrir hipertensión arterial.
¿Qué puedo hacer para reducir el consumo de sal?
Para empezar es fundamental modificar los hábitos alimentarios: Los argentinos y las argentinas consumen por día y en promedio 12 gramos de sal. Pero lo recomendado son 5 gramos.
El beneficio de reducir el consumo de sal es para todos y todas, incluidos los niños y niñas.
Área de Alimentación, Hospital Garrahan.
¿Dónde encontramos la sal?
Se encuentra presente naturalmente en casi todos los alimentos y esta cantidad es suficiente para cubrir nuestras necesidades nutricionales. Sin embargo, tal vez por costumbre, muchos de nosotros tendemos a agregar sal a las comidas.
¿Cómo se puede consumir menos sal?
- Cocinar sin sal. Si fuera necesario agregarle un poco al finalizar la preparación.
- Evitar llevar el salero a la mesa.
- Probar los alimentos antes de agregar sal al plato.
- Reemplazar la sal por condimentos que no la contengan.
- Utilizar: jugo de limón, vinagre, cebolla, ajo, hierbas aromáticas y especias.
- Utilizar caldos y sopas caseras.
¿Qué debo saber?
- Los caldos en cubos y sopas instantáneas en polvo tienen un elevado contenido de sal al igual que salsas envasadas, fiambres embutidos, hamburguesas y otras carnes saladas, palitos, papas fritas y otros productos de copetín.
- Si se agrega en exceso sal a las comidas el paladar (papilas gustativas) se acostumbra al consumo de alimentos muy salados. Sin embargo, está comprobado que luego de varias semanas consumiendo una alimentación con menos sal, la preferencia por lo salado se reduce y se comienza a disfrutar el sabor de los alimentos.
Cocinar sin sal es una de las principales medidas que podemos adoptar para reducir su consumo.