¿Cómo se puede diferenciar un resfrío de una alergia?

El diagnóstico con frecuencia se realiza cuando los padres buscan el consejo de su pediatra debido a un persistente “resfriado” que su hijo no puede superar. Aunque los síntomas de las alergias y los resfriados con frecuencia se superponen, existen diferencias contundentes. 

Según reseñas brindadas por profesionales del Hospital Garrahan, las diferencias entre ambas dolencias son las siguientes:

Duración: El resfrío suele durar 7 días, mientras que la alergia no tiene una duración predeterminada. El niño o niña sufrirá sus síntomas siempre que esté en contacto con la sustancia que le produce la alergia.

Revisión ocular: El lagrimeo es más característico de la alergia. Y en un resfrío, el niño o niña presentará principalmente, congestión ocular.

Dolor muscular: Las alergias no producen dolor muscular. Sin embargo, los resfríos suelen traer dolores corporales.

Mucosidad: La secreción nasal en un resfrío suele ser fluida al inicio y posteriormente, se vuelve más espesa, mientras que en las alergias la secreción siempre es acuosa.

Fiebre: La alergia nunca produce fiebre. La fiebre casi siempre está asociada a una infección.

Alergia

Según la Sociedad Argentina de Pediatría -SAP-, la alergia es una alteración de los mecanismos de defensa inmunitarios del organismo. El paciente alérgico tiene una predisposición a reaccionar de una manera diferente a los no alérgicos ante diversas sustancias con las cuales estamos habitualmente en contacto.

Estas sustancias, llamadas alérgenos o antígenos, son sumamente variadas: alimentos, medicamentos, sustancias que penetran al organismo por la nariz y los bronquios (polvo, pólenes, hongos de la humedad, entre otros). En el organismo, además de los anticuerpos que nos defienden de las infecciones, existen otros tipos de anticuerpos, como los anticuerpos IgE que están habitualmente, aumentados en los alérgicos y que son los responsables de la producción de los síntomas alérgicos. El lugar del organismo en el que se produce la reacción alérgica se denomina Órgano de Choque. Según cuál sea el órgano de choque, se producirán las distintas enfermedades alérgicas: así, por ejemplo, si el órgano de choque es el bronquio se producirá un broncoespasmo; si es la nariz se producirá una rinitis alérgica; si es la piel se producirá el eczema, la urticaria o las dermatitis de contacto; éstas son las enfermedades alérgicas más comunes.

Recomendaciones:

Manejo práctico de una dieta de exclusión 

  1. Leer los ingredientes en las etiquetas de todos los alimentos; repetirlo en cada compra porque pueden cambiar. 
  2. Conocer los nombres científicos y técnicos que aparecen en las etiquetas (está pendiente la ley de etiquetado que hará más sencilla esta tarea). 
  3. Ser precavidos con listas de alimentos seguros; los fabricantes cambian los ingredientes y no informan en tiempo adecuado. 
  4. Contactar al fabricante si tiene dificultad en la interpretación de la etiqueta. 
  5. Conocer la composición de los alimentos de mascotas (contienen alérgenos alimentarios); los niños pequeños pueden ingerirlos accidentalmente.
  6. Revisar productos de aseo personal, ya que pueden contener proteínas alimentarias (almendras, leche, huevo).
  7. No utilizar productos con las leyendas “pueden contener trazas” o “alimento fabricado en establecimiento donde se procesan los alérgenos involucrados”. 
  8. Evitar alimentos a granel y lugares donde se utilizan los mismos utensilios para alimentos aptos y no aptos (restaurantes tipo bufé, heladerías, etc.).
  9. En el hogar, pueden adoptarse diferentes estrategias: en algunas familias, todos sus miembros siguen la DE; otras prefieren llevar el alérgeno a sus hogares para simular situaciones que el niño puede encontrar fuera de su casa y extreman los cuidados con la contaminación cruzada. 
  10. Preparar primero el alimento del niño alérgico, con la limpieza previa de la zona, luego retirarlo de la cocina. La limpieza con agua jabonosa es suficiente para superficies y manos.
  11. Sectorizar la heladera, identificar estantes, utilizar utensilios de color. En restaurantes: comunicar la situación al personal y solicitar una información detallada de los ingredientes por el gran riesgo de contaminación. Elegir comidas de preparación simple. 
  12. Evitar frutos secos, marisquerías, en los alérgicos a frutos de mar. 
  13. Los bufés son una fuente potencial de contacto cruzado.
  14. Antes de acudir a fiestas, se debe avisar al anfitrión. Algunas familias llevan su propia vianda. 
  15. En vacaciones, contar con cocina propia. En campamentos, revisar menús y/o enviar la comida; controlar que el personal esté entrenado en el reconocimiento y el tratamiento de reacciones alérgicas.
  16. En viajes aéreos, no ingerir los alimentos que se ofrecen, ya que no existe lista de ingredientes (riesgo de contaminación cruzada).

Manejo del niño con enfermedades alérgicas en la escuela: Rol de la comunidad educativa 

1. Identificar al niño alérgico en la ficha de inscripción a través del informe médico. 

2. Asegurar un ambiente escolar con la menor concentración posible de alérgenos y contaminantes. 

3. Establecer con claridad los pasos para la solicitud de atención médica de emergencia y de aviso a los responsables del niño. 

4. Evitar la discriminación del niño alérgico. 

5. Interactuar con responsables del niño y el pediatra o especialista acerca de las pautas terapéuticas para respetar dentro del ámbito escolar.

6. Garantizar el cumplimiento de las medidas de acción en actividades dentro y fuera de la escuela. 

Papel de las familias y los responsables del niño 

1. Comunicar por escrito a la escuela que el niño padece una enfermedad alérgica. 

2. Precisar un modo de contacto ante una situación de emergencia (números de teléfono de primer contacto y alternativos, números de teléfono de servicios de emergencia, teléfono y dirección del efector de salud público o privado al que el niño debe ser derivado, etc.). 

3. Proporcionar a las autoridades de la escuela una copia del informe médico acerca de la enfermedad alérgica del niño. 

4. Informar desencadenantes posibles, síntomas premonitorios de una exacerbación, tratamiento utilizado y sus posibles efectos adversos.

5. En caso de alergia a alimentos, colaborar con el colegio en la preparación de actividades con riesgo potencial (viajes, fiestas y otras) facilitando listados de productos y alimentos alternativos. 

6. Evitar que el niño sea motivo de sobreprotección o discriminación innecesaria. 

Rol del médico y del equipo de salud 

1. Realizar un diagnóstico adecuado de la enfermedad alérgica.

2. Comunicar, por escrito y en lenguaje accesible, el diagnóstico y el tratamiento a los padres y, por su intermedio, a las autoridades del colegio. 

3. Establecer un plan de manejo por escrito que incluya medicación preventiva y de rescate para urgencias. 

4. Informar sobre enfermedades alérgicas al personal docente y no docente de la escuela.