¿Cómo me doy cuenta si es gripe?

-¡Estoy con una gripe bárbara! Aunque usted no lo crea, esta afirmación escuchada tan frecuentemente en la época invernal la mayoría de las veces es errónea. Esto no quiere decir que quien está padeciendo un proceso infeccioso viral de las vías respiratorias superiores no se pueda sentir horrible y tenga necesidad de quedarse en la cama, de no ir al jardín, la escuela o a trabajar.

Hay que tener en cuenta que el estado de bienestar es una condición subjetiva y propia de cada persona y de sus circunstancias. Sin embargo, es muy importante poder diferenciar un “resfrío común” de la llamada y conocida “gripe”. Es fundamental ser capaces de establecer esta diferencia tanto por cada persona como desde el aspecto sanitario de una región.

“La Gripe” es una enfermedad epidémica causada por el virus de la Influenza. Este virus puede causar cuadros de distinta gravedad en los humanos.

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Hay 3 tipos distintos de virus de la Influenza: A, B y C. El que tiene mayor capacidad para producir enfermedades serias es el tipo A. Esto se debe a que tiene 4 subtipos diferentes (H1N1, H2N2, H3N2 y H5N1), lo que hace que al sistema inmunitario le resulte más difícil reconocerlo y prepararse para eliminarlo del organismo. Ataca preferentemente al sistema respiratorio. Puede producir un cuadro leve (parecido a un resfriado común) o, por el contrario, desarrollar un cuadro con importante repercusión en el estado general, intensa postración y necesidad de internación. El estado inmunitario de la persona va a ser el principal determinante de la gravedad de la enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas de la gripe?

  • Fiebre alta (en general mayor de 38.5 grados C)
  • Mucosidad en la nariz
  • Inflamación de la garganta
  • Tos
  • Ronquera
  • Dolor de cabeza intenso
  • Dolores musculares muy importantes
  • Escalofríos
  • Sudor excesivo
  • Pérdida del apetito

El curso de la gripe puede ser muy diferente entre una persona y otra. En la mayoría evoluciona sin complicaciones, pero también hay casos con evolución difícil y desenlace fatal. La proporción de casos mortales es reducida. Sin embargo, no debe ser considerada como inofensiva. Los bebés, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas o con algún déficit de la inmunidad tienen riesgo aumentado de cursar una enfermedad seria.

«Los bebés, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas o con algún déficit de la inmunidad tienen riesgo aumentado de cursar una enfermedad seria de gripe».

La gripe se puede prevenir mediante una vacuna. Debido a que los virus de la gripe cambian constantemente su estructura y, por lo tanto, en la siguiente temporada de gripe ya no se está suficientemente protegido, es aconsejable renovar la vacunación anual. Las vacunas recomendadas son una mezcla eficaz contra diferentes virus de la gripe.
Es mejor vacunarse contra la gripe antes del inicio de la temporada de mayor circulación del virus, de preferencia en el periodo comprendido entre enero y febrero. Con la vacunación contra la influenza, en un 90% de los vacunados se puede prevenir la enfermedad o limitarla a un curso leve y sin complicaciones. Un resfriado no se puede evitar con una vacuna contra la gripe.

La vacuna contra la gripe debe ser aplicada en los siguientes grupos de personas:

  • Mayores de 60 años.
  • Mujeres embarazadas, desde el segundo trimestre
  • Niños entre 6 y 24 meses
  • Niños, adolescentes y adultos con riesgo de salud debido a una enfermedad subyacente, como enfermedades pulmonares crónicas, cardiovasculares, hepáticas y renales, diabetes y otras enfermedades metabólicas, enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, deficiencia inmunológica, e infección por VIH.
  • Residentes de asilos y residencias de ancianos.
  • Personas con mayor riesgo de infección, como personal médico y asistencial, y el personal de instituciones con transporte público extenso.

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Como comentario final es importante recalcar: que durante la temporada invernal muchas personas se resfriarán, algunas pocas contraerán una gripe que evolucionará sin mayores complicaciones y solo una pequeñísima cantidad tendrá una enfermedad seria. Pero lo más importante es que si la totalidad de la población de riesgo se vacuna, la cantidad de casos fatales será despreciable.

*Eduardo Silvestre es pediatra y se desempeña como jefe del Área de Atención Espontánea del Hospital Garrahan.