Cada 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón; este día es muy importante porque debe concientizar a toda la población sobre la prevención y cuidados que el corazón requiere a lo largo de toda la vida, comenzando con este objetivo desde la infancia. Con esta premisa, la Dra. Alejandra Villa, especialista en cardiología y Miembro del Consejo de Administración de Fundación Garrahan, se refiere al tema y subraya que “la prevención es la mejor forma de evitar problemas cardiovasculares”.
La Dra. Alejandra Villa sugirió “controlar desde la infancia el mayor número posible de factores de riesgo le ayudará al niño a reducir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón cuando sea adulto. Por ejemplo: hipertensión arterial, hipercolesterolemia, obesidad,
inactividad física. Por lo cual se debe educar con las siguientes premisas”:
● Deben comer alimentos de bajo contenido de colesterol y grasa, deben ingerir más granos integrales y fruta y verdura fresca.
● Bajo consumo de sal.
● Aprender a controlar el peso corporal para evitar los riesgos que se asocian con el sobrepeso y la obesidad como la hipertensión arterial. Ya que los niños obesos tienen más probabilidades de ser adultos obesos, prevenir o tratar la obesidad en la niñez puede reducir el riesgo de obesidad en la edad adulta.
● Controlar la diabetes y otras afecciones que contribuyen a las enfermedades cardiovasculares.
● Hacer ejercicio con regularidad durante 60 minutos por lo menos 3 veces a la semana. Ayuda a fortalecer los huesos ,reduce la tensión arterial, aumenta la cantidad de colesterol bueno
Origen de los problemas cardíacos
Los problemas cardíacos en la infancia son secundarios a malformaciones congénitas de la estructura del corazón que se generan durante la vida fetal.Estas alteraciones pueden darse en las cavidades, paredes y válvulas , habitualmente alguna noxa detiene el crecimiento de alguna estructura como es una cavidad, la falta de desarrollo de alguna válvula o una
arteria. Las causas pueden ser genéticas, otras hereditarias ; otras asociadas a enfermedades virales, como la rubeola; otras por ingesta de medicamentos , como los anticonvulsivantes.
Asimismo, la malformación puede ser simple o compleja, más del 90% de las enfermedades pueden ser resueltas. La mayoría de las veces es una malformación cardiaca aislada y en pocos casos puede estar asociada a otras malformaciones, en esos casos se asocian a síndromes, algunos incompatibles con la vida.
Enfermedades cardíacas suelen desarrollarse en los primeros años de la vida y adolescencia.Las malformaciones cardíacas se generan en la vida fetal y pueden pasar desapercibidas si no dan síntomas. En general son malformaciones simples que pueden
manifestarse tardíamente, es muy importante la búsqueda de soplos por los pediatras, la toma de tensión arterial y la saturación ( nivel de oxígeno de la sangre).
Existen otras enfermedades que son adquiridas, como la endocarditis bacteriana (infección bacteriana de las estructuras del corazón) secundaria a infecciones en otros órganos. Las enfermedades virales como las respiratorias pueden causar inflamación cardíaca dando origen a Miocarditis. En nuestro país todavía se puede ver fiebre reumática que en general es secundaria a cuadros de anginas, que posteriormente por diseminación del germen se producen lesiones cardíacas.Por otro lado, hay algunos factores de riesgo para los problemas cardíacos que son algunos hereditarios y otros son secundarios a otra patología, como se mencionó anteriormente. Muchos factores de riesgo se pueden controlar en la infancia, disminuyendo así el riesgo de sufrir enfermedades del corazón en la edad adulta.
Síntomas de alerta en el caso de enfermedades congénitas
En general, es el pediatra el que detecta el síntoma , es muy importante la búsqueda de soplos, la toma de tensión arterial y la saturación ( nivel de oxígeno de la sangre). Si se encuentran esos hallazgos es necesario la derivación a un cardiólogo infantil.
Manifestaciones como pérdida de peso, falta de crecimiento, taquicardia, dolor de pecho, pérdida de conocimiento, son hallazgos que ponen el alerta a la familia para consultar con el pediatra en primer término y con el cardiólogo infantil posteriormente, para definir diagnóstico y tratamiento.
Detección de las enfermedades congénitas
Habitualmente, la primera sospecha es clínica por el pediatra, quien lo deriva al cardiólogo infantil. Además del examen físico se realizan ECG, radiografía de tórax, ecocardiograma. En las afecciones complejas requieren cateterismo cardíaco, Resonancia Cardíaca o Tomografía. Con los estudios se planea la estrategia para la cirugía y el seguimiento que debe tener el paciente.
Recomendaciones
Los especialistas recomiendan en la infancia y la adolescencia seguir al pie de la letra las recomendaciones del pediatra, pero recuerdan que para hacer actividad física y deportes, tanto en la infancia como a cualquier edad, corresponde realizarse un examen previo y presentar un certificado firmado por el médico tratante.
De todas formas, destacan que más allá del ‘apto médico’, siempre es recomendable al menos una vez en la vida antes de los 16 años un análisis de sangre y un electrocardiograma, sobre todo en aquellos niños que presenten antecedentes familiares de
enfermedad cardiovascular. Sin olvidar el control de la presión arterial, que es un indicador que el pediatra suele medir en la consulta cuando lo considera apropiado.
Entre los 20 y los 30 años de edad, siempre en individuos sin antecedentes familiares de enfermedad coronaria y sin sintomatología, las recomendaciones generales del CACI – Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas- son la realización de un análisis de laboratorio cada 3 años, un electrocardiograma cada 5 y la medición de la presión arterial al menos cada 2 años.