Es importante que los niños y niñas creen hábitos saludables relacionados a la higiene y al cuidado personal desde temprana edad, para que de esta manera, los conserven el resto de la vida.
¿Cuándo realizar el primer baño?
Según la Guía de Recomendaciones para el Cuidado de la Salud de niños, niñas y adolescentes del Hospital Garrahan, se recomienda 24 hs después de la caída del cordón umbilical. Antes de que esto ocurra se puede higienizar al bebé con paños húmedos sin sumergirlo en el agua. El cordón umbilical es el medio por el cual el bebé se alimentó y oxigenó mientras estuvo en la panza de la mamá. Este cordón es cortado cuando el bebé nace y se espera que el muñón remanente caiga entre los 10 y los 21 días de vida. Hasta que esto ocurra, es importante la higiene adecuada del mismo. Se aconseja que se mantenga lo más limpio y seco posible (no mojarlo).
Puede utilizarse una gasa con alcohol 2-3 veces por día para limpiar la base del cordón, aunque las recomendaciones actuales aconsejan que se seque naturalmente para que tarde menos en caer, así como también, no cubrirlo con vendas y tratar de doblar la parte de arriba del pañal hacia abajo, destapando el ombligo para que quede expuesto al aire.
Higiene personal: Baño en el recién nacido
• Tener al alcance de la mano los elementos necesarios (toalla-pañales-jabón-ropa limpia).
• Temperatura adecuada del agua: 36°. Es práctico colocar el codo del adulto en el agua para constatar que no queme antes de sumergir al niño o niña.
• Debe haber poca cantidad de agua en la bañera y nunca hay que dejarlos solos, ya que con pocos centímetros puede ahogarse.
• Utilizar jabón neutro (blanco en pan, sin perfumes).
• Evitar corrientes de aire.
• Tratar de respetar una rutina en el horario del baño.
• No olvidar lavar y secar bien pliegues y genitales.
• No usar cremas, perfumes, talcos o colonias.
• Uñas: para evitar las lesiones de la piel que rodea la uña y prevenir infecciones, cortar con tijera, alicate o limar, según con lo que la persona se sienta más segura.
Higiene Bucal
Las caries son producidas por bacterias que se depositan en los dientes, esto se ve favorecido cuando se consumen azúcares y no se realiza una higiene bucal adecuada.
Se recomienda:
• Utilizar una gasa húmeda para limpiar las encías antes de la erupción del primer diente, sobre todo luego de que el bebé comienza a alimentarse.
• Masaje en encías (disminuye las molestias cuando erupcionan los dientes). No se deben utilizar preparaciones anestésicas.
• Cepillar al menos dos veces al día, se prefiere antes de dormir y luego del desayuno. Se aconseja cepillos de cabezal pequeño, cerda extra suave y mango largo para limpieza adecuada de toda la dentadura.
• Pasta dental luego de los 2 años.
• Con supervisión de un adulto hasta los 6-8 años (antes de esta edad a los niños y niñas les cuesta coordinar los movimientos para cepillar correctamente todas las caras de las piezas dentarias).
• Evitar uso de mamadera con líquidos azucarados, sobre todo antes de dormir (por la noche se secreta menos saliva, lo que favorece la formación de la placa bacteriana luego del consumo de cualquier alimento).
Es importante que el adulto responsable siempre se higienice bien las manos previo al contacto con el bebé
- Enjabonarse las manos y frotarse las palmas, los dorsos, entre los dedos y las muñecas, durante 15 o 20 segundos.
- Enjuagarse bien las manos.
- Secarse las manos con una toalla de tela o papel, un secador de aire caliente o sacudirlas y agitarlas hasta que se sequen.
- En los baños públicos, usar la toalla de papel también para cerrar la canilla y abrir la puerta para salir.
Pañales, vestimenta y control de esfínteres
Debemos saber que al nacer, el bebé elimina su primera caca (meconio), de color negruzca y de característica gomosa, en las primeras 24 hs de vida. El color va variando del verde al amarillo a medida que el niño o niña crece. Los recién nacidos ensucian entre 6 y 8 pañales diarios, esto nos sirve para comprobar que está hidratado y bien alimentado. El cambio del pañal es una instancia para el contacto y la estimulación del bebé.
• Utilizar cambiador de material fácil de limpiar.
• Preparar los elementos necesarios, previo al cambio de pañales (óleo calcáreo, algodón, muda de ropa limpia).
• Higiene con algodón y óleo calcáreo o aceite de cocina (así se forma una capa que protege la piel del bebé previniendo las dermatitis). No lavar con agua en cada cambio de pañal ya que la piel se irrita y se lesiona.
• Elegir el tamaño adecuado (holgado) de pañal, deben caber uno o dos dedos entre el pañal y el abdomen del bebé.
• Mantener seco y limpio al bebé, cambiar los pañales lo más pronto posible luego de que se ensucie (con pis o caca). No olvidar de higienizar los pliegues.
• Reconocer las dermatitis: son lesiones inflamatorias de la piel que pueden provocar sarpullido o brote de color rojo brillante, áreas descamativas de color rojo vivo en la zona genital, y en los casos más severos pueden observar se ampollas, úlceras y pus.
•Consultar con el médico pediatra el uso de cremas adecuadas en caso de que sea necesario.
• No se recomiendan talcos ni maizena.
• En lactantes elegir ropa de algodón y de colores claros en contacto con la piel.
• No sobreabrigar (colocar una prenda de algodón más de la que usa el adulto).
• Medias y pantalones que no ajusten.
• Hasta los 6 meses es preferible lavar la ropa con jabón neutro, ya que la piel de los bebés es muy sensible a los productos químicos y perfumes.
El control de esfínteres depende de un complejo sistema que requiere un tiempo de maduración adecuado y está muchas veces condicionado por pautas culturales. Se recomienda comenzar el entrenamiento del control de esfínteres alrededor de los dos años de vida, momento en el cual los niños y niñas adquieren mayor independencia, obtienen logros en el desarrollo que permiten que se comprenda lo que expresan y entienden lo que se les pide, desde el área motora pueden caminar y mantenerse sentados en una sillita. Se aconseja que este momento no coincida con otras situaciones estresantes (mudanzas, separaciones, nacimiento de un hermano).
El niño y la niña van madurando con respecto al control de esfínteres y se pueden diferenciar 4 etapas:
1. El niño y la niña ya percibe y puede transmitir: “me hice pis, me hice caca”.
2. Más adelante, puede percibir y transmitir que está por hacerse pis o caca, pero no puede controlar ni retener.
3. Luego puede retener y decidir la expulsión: “quiero hacer pis”.
4. Finalmente decide por sí mismo/a ir al baño. Conviene que el control de esfínteres se realice en forma progresiva. Se requiere paciencia, no imponer castigos ni felicitar al niño o niña en sus logros, entendiendo que es un proceso que requiere madurez física y del desarrollo intelectual.
Dejar los pañales
• Utilizar pelela (muchos niños y niñas tienen miedo al inodoro), ésta debe estar siempre en el baño.
• Los adultos deben estar atentos a los pedidos del niño o niña. Cuando pide ir al baño o lo manifiesta a través de gestos, hay que tratar de llevarlos en ese momento para que no se cree confusión sobre las pautas establecidas.
• En un principio, se controlan los esfínteres durante el día y luego de un tiempo por la noche. Es habitual que primero controlen hacer caca y luego pis.
• Existen normalmente períodos de regresión transitorios a etapas anteriores durante el aprendizaje, esto no hay que vivirlo con angustia, entendiendo que es un proceso dinámico donde hay que acompañar al niño o niña.
•Se recomienda que los niños y niñas jueguen en este período chapoteando en el agua, trasvasando líquidos, utilizando plastilinas o con barro. Es aconsejable que deje que se ensucien ya que estos juegos también estimulan el control de esfínteres.
• Se aconseja el uso de ropa cómoda, que sea práctica para que ellos mismos puedan quitársela al ir al baño.
• En esta etapa es esperable que los niños y niñas se constipen, se recomienda ofrecer dieta rica en fibras para que la materia fecal sea blanda y no lastime la región anal, esto provocaría dolor al defecar y como consecuencia mayor constipación.