Vacunas: La importancia de completar el esquema de vacunación

Desde el Hospital Garrahan subrayan la importancia de completar el esquema de
vacunación, no solo de la vacuna contra la COVID-19 sino además, aquellas que
componen el Calendario Nacional. Sobre este tema, la Dra. Adriana Parra,
infectóloga a cargo del Centro de Vacunación del Hospital Garrahan
dijo:“esperamos pronto poder reforzar el esquema primario de los niños y niñas
entre 3 y 11 años y también de los adolescentes, a medida que se cumpla el período
recomendado de seis meses”, destacó.

Según el Hospital Garrahan, el número de dosis aplicadas bajó cuando terminaron las
clases, por lo que es imperioso completar los esquemas de vacunación del calendario
antes del inicio escolar, y de la vacuna contra la COVID-19, en función de la edad.
Asimismo, desde la Sociedad Argentina de Pediatría alertan que “hay una caída en los
niveles de vacunación No-Covid por la pandemia”.Debido a la cuarentena y al
confinamiento, muchos niños y adolescentes dejaron de recibir vacunas estratégicas para
enfermedades graves, lo que incrementa el riesgo de nuevos brotes y contagios. A partir
de esto la institución insta a todos los involucrados en el proceso de vacunación, que
incluye a las autoridades sanitarias, los médicos pediatras, padres y docentes, entre
otros, a realizar los máximos esfuerzos para mejorar y mantener coberturas adecuadas y
homogéneas en todo el territorio nacional.

¿Por qué hay que vacunarse?

Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias que mayor beneficio ha producido y sigue
produciendo a la humanidad, previniendo enfermedades que antes causaban grandes epidemias,
muertes y secuelas, tales como el sarampión, la difteria, la hepatitis B, la parotiditis, la tos ferina, la
neumonía, la poliomielitis, el cáncer cervical, las enfermedades diarreicas por rotavirus, la rubéola y el
tétanos.
Sin embargo, según la Organización Panamericana de la Salud, se estima de 1 millón y medio de niños
menores de 1 año en nuestra región no completan su esquema de vacunación en tiempo y forma,
situación que se vio agravada por el confinamiento y la cuarentena producidos por la pandemia de
COVID-19. Datos de OMS y UNICEF indican que la pandemia produjo que a nivel global 23 millones de
niños se perdieran las vacunas esenciales en 2020, un aumento de casi 4 millones respecto de 2019. Por
ejemplo, la cobertura mundial de la tercera dosis de difteria, tétanos y tos ferina (DTP3) cayó del 86% en
2019 al 83% en 2020. Las últimas estimaciones de la OMS y UNICEF sobre la cobertura nacional de
inmunización (WUENIC) también muestran que el 90% de los países informaron que los datos de 2020
experimentaron un estancamiento o una disminución de la cobertura de DTP3 en comparación con
2019 2.
“Las vacunas benefician tanto a las personas vacunadas como a las personas no vacunadas y susceptibles
que viven en su entorno por el beneficio de la ‘inmunidad de rebaño’. Mediante las vacunas se ha logrado
erradicar la viruela, se está finalizando la erradicación de la poliomielitis en el mundo, el sarampión ha
dejado de ser un problema frecuente en nuestro medio, no tenemos casos de difteria y otras
enfermedades están siendo controladas como la tos ferina, el tétanos, la hepatitis A y las meningitis
meningocócicas”, afirmó la Dra. Florencia Lución, médica pediatra, presidenta de la Subcomisión de
Epidemiología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
“Sin embargo, para lograr el control efectivo de cualquiera de las enfermedades inmunoprevenibles
mencionadas, es fundamental además sostener un programa de vacunación amplio y contar con una
vigilancia epidemiológica adecuada y oportuna para evitar la aparición de brotes. Se deben realizar los
máximos esfuerzos para mejorar y mantener coberturas adecuadas y homogéneas en todo el territorio
nacional”, completó, desde la Defensoría del Pueblo de la Nación, el responsable del Área de Salud,
Acción Social, Educación y Cultura, el abogado Dr. Maximiliano Nitto.
Para la Dra. Elizabeth Bogdanowicz, médica infectóloga pediatra del Comité de Infectología de la SAP, la
vacunación es una de las herramientas más importante de Salud Pública para el control de las
enfermedades inmunoprevenibles. “Se requieren coberturas elevadas, homogéneas y sostenidas para
mantener los logros y afrontar los desafíos de la prevención y eliminación de las enfermedades
prevenibles por vacunación. Se considera que para que las coberturas de vacunación sean óptimas deben
superar el 95%”.
Los principales riesgos asociados a la baja en las coberturas son la reemergencia de viejas enfermedades
eliminadas en la región, como polio, tétanos neonatal, sarampión, rubéola y síndrome de rubéola
congénita, y el aumento de casos de las enfermedades controladas como resultado de la vacunación
masiva, como la hepatitis A, enfermedades invasivas por Haemophilus influenzae tipo b (Hib),
coqueluche, difteria y tétanos.

“En la Argentina, gracias a la vacunación, no se registran casos autóctonos de sarampión desde el año
2000, de rubéola congénita desde 2009, poliomielitis desde 1984, difteria desde 2006, tétanos neonatal
desde 2007 y se redujeron en más del 96% los casos de trasplante hepático por el virus de la hepatitis A.
Si no tomamos medidas urgentes y se mantienen los descensos en los niveles de inmunización, estos
logros pueden retroceder rápidamente”, advirtió la Dra. Lución.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría afirman que las vacunas más afectadas en nuestro país por esta
disminución de las coberturas son la quíntuple (que protege contra coqueluche, tétanos, difteria,
hepatitis B y enfermedad invasiva por Haemophilus influenzae b), la polio inactivada, el rotavirus (que
previene cuadros diarreicos severos), el neumococo (prevención de neumonías y meningitis), la triple
viral (sarampión, rubéola y parotiditis), la hepatitis A, varicela y meningococo (protege contra meningitis
causadas por 4 tipos de meningococo: A, C, W e Y).
Respecto los adolescentes, la más afectada es la vacuna contra el VPH (prevención de lesiones genitales y
cáncer cervical), meningococo y los refuerzos correspondientes a difteria, tétanos y coqueluche; todas
ellas incluidas en el calendario nacional de inmunizaciones, que es gratuito y obligatorio.
“Entre los factores que pueden haber contribuido durante la fase más agresiva de la pandemia a esta
caída en los niveles de vacunación, se encuentran cuestiones vinculadas al acceso (dificultades
económicas para llegar al centro de salud, escasez de recurso humano, vacunatorios con horarios
acotados), disminución de las consultas y controles de salud que posibiliten la indicación de las vacunas
correspondientes, desconocimiento o baja percepción de riesgo por parte de la población, falsas
creencias sobre supuestas contradicciones y una falta de confianza en la seguridad de las vacunas”,
advirtió el Dr. Nitto.
“Lamentablemente, todos estos factores impactan negativamente sobre los niveles de vacunación y cada
uno representa una verdadera oportunidad de inmunización perdida. Necesitamos trabajar para lograr
alcanzar un mundo en el que todos los individuos y comunidades disfruten de una vida libre de las
enfermedades que son prevenibles mediante vacunación”, concluyó la Dra. Bogdanowicz.
Entre las medidas que podrían contribuir a mejorar los niveles de vacunación en los niños se destacan:
– Dar accesibilidad a los centros de vacunación con horarios amplios.
– Aprovechar cada contacto de los pacientes con el sistema de salud para controlar los
esquemas de vacunación e iniciar y completar programas focalizados en los menores de 18
meses, al ingreso escolar y a los 11 años.
– Coordinar acciones desde los centros de salud con las escuelas o el área de educación
correspondiente para facilitar el acceso a las vacunas. No descartar lugares donde se realicen
mega eventos como partidos de fútbol, recitales o centros de esparcimiento.
– Llevar adelante acciones proactivas como contactar a las personas empleando los registros
nominales de vacunación o listas de pacientes por profesional o centro de atención.
– Promover la capacitación continua para profesionales y vacunadores, teniendo en cuenta la
complejidad y actualizando los cambios en el calendario de vacunación.
– Difundir a la comunidad información clara, oportuna y adecuada dirigida a padres, pacientes,
maestros y otros actores sociales que pudieran promover acciones a favor de las vacunas.

Mientras que, para los pediatras y vacunatorios, desde la SAP aconsejan:
Administrar de forma simultánea todas las vacunas posibles que correspondan por edad
en lugares anatómicos distintos.
Aplicar primero las vacunas que inmunicen frente a la patología de mayor riesgo con
relación a la edad del niño y a la epidemiología de su entorno y las que lo inmunicen frente a
enfermedades para las que no hubiese recibido ninguna dosis previa de vacuna.
Los intervalos de tiempo superiores a lo establecido en el calendario no reducen las
concentraciones finales de anticuerpos. En ningún caso deben reiniciarse esquemas de
vacunación.
Si existe el antecedente de dosis de vacuna con aquellas que son múltiples dosis, estás
deben considerarse como válidas si han sido bien administradas en relación a edad e intervalos
entre dosis.
Sólo las vacunas a virus vivos y atenuados de administración parenteral requieren respetar
un intervalo de 4 semanas cuando éstas no fueron administradas en forma simultánea (por
ejemplo, varicela, triple viral y fiebre amarilla).
La administración de vacunas a intervalos menores del mínimo recomendado puede
disminuir la respuesta inmune, por lo que estas dosis no se considerarán válidas y deben
reportarse como posible ‘Evento Adverso Supuestamente Atribuible a la Vacunación e
Inmunización’ (ESAVI), ya que pueden dar lugar a un aumento de las reacciones adversas locales
o sistémicas.
Con respecto a la vacunación contra el Coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19), los especialistas de la SAP
recomiendan:
• Los pacientes que han padecido COVID-19 pueden recibir la vacuna una vez que hayan
resuelto el cuadro clínico de COVID-19, con alta clínica y epidemiológica.
Los contactos estrechos de un caso de COVID-19 deben vacunarse 10 días después de
haber iniciado el aislamiento, siempre y cuando no hayan desarrollado síntomas.
• Las vacunas para COVID-19 pueden administrarse simultáneamente con otras vacunas, el
mismo día o días diferentes sin requerir intervalos entre dosis.