¿CÓMO DETECTAR LA DIABETES INFANTIL?

​​La diabetes mellitus es un trastorno metabólico grave que impide al cuerpo la descomposición y uso normal de alimentos, especialmente de azúcares (carbohidratos). Puede afectar el corazón, los vasos sanguíneos, los riñones y el sistema neurológico y puede provocar la pérdida progresiva de la visión con el paso del tiempo. Según el Hospital Garrahan, en la Argentina, todos los años se diagnostican entre 5 y 10 nuevos casos cada 100.000 personas. Este nosocomio infantil realiza anualmente 3400 consultas de diabetes y realiza el seguimiento de 500 pacientes con esta patología.

Tipos de diabetes

Existen varios tipos de diabetes, pero las más comunes son las llamadas diabetes tipo 1​ y tipo 2.  Ambas formas pueden ocurrir a cualquier edad, pero un niño/a tiene más probabilidad de recibir un diagnóstico de diabetes tipo 1.

Diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 es causada por una producción inadecuada del páncreas de la hormona insulina. Cuando esto sucede, el cuerpo no puede metabolizar el azúcar de forma adecuada lo que conlleva a que se almacene en la corriente sanguínea; estos azúcares, llamados también glucosa, no pueden ser usados por el cuerpo y se expulsan por la orina.

Según datos del Hospital Garrahan, el 90% de los pacientes pediátricos con diabetes presenta diabetes tipo 1, en la que el páncreas no produce insulina, una hormona que permite a la glucosa ingresar a las células y generar energía. Por ahora, este tipo de diabetes no tiene cura y su tratamiento busca proporcionarle al organismo la insulina que no puede producir.

​Mientras que la diabetes tipo 1 puede iniciarse a cualquier edad, se presentan periodos máximos cerca de los 5 a 6 años y nuevamente de los 11 a los 13 años de edad. La primera señal es por lo general un aumento en la frecuencia de la micción (orinar), incluyendo reincidencia de la enuresis nocturna (mojar la cama) en niños/as que ya saben cómo ir al baño por sí solos/as. También se presentan otros síntomas como por ejemplo, tener mucha sed y sentirse muy cansado/a, bajar de peso y un aumento de apetito.

Es importante identificar estos síntomas pronto debido a que los niños/as a los que se les diagnostica diabetes después pueden enfermarse debido al contenido alto de azúcar en la sangre y por deshidratación, necesitando líquidos e insulina por vía intravenosa en una sala de urgencias pediátrica o una unidad de cuidado crítico para estabilizar su estado.

Diabetes tipo 2

A la diabetes tipo 2 se le conocía antes como “de comienzo en la edad adulta” ya que los niños/as casi nunca la adquirían. Sin embargo, con el aumento de las tasas de obesidad, un número creciente de niños/as están siendo diagnosticados con esta forma de la enfermedad, algunos tan jóvenes como de 10 años de edad. Además de los problemas de peso, otros factores de riesgo de la diabetes tipo 2 incluyen: tener un familiar con la enfermedad, haber nacido de una madre con diabetes durante el embarazo (diabetes gestacional), u otros problemas médicos que afectan la forma en que el cuerpo responde a la insulina.

En nuestro país es poco frecuente encontrar casos pediátricos de diabetes tipo 2—menos del 10% de los chicos/as con diabetes la presenta—, aunque en los últimos años las cifras empezaron a crecer en relación al aumento de la obesidad infantil y de una mala alimentación. Es importante destacar que este tipo de diabetes es controlable y acompañada de una buena alimentación, actividad física regular y pérdida de peso, se puede mantener el nivel de glucosa en niveles controlables.

Tratamiento y control 

Aunque no existe cura para la diabetes, los niños/as con esta enfermedad pueden tener una infancia y adolescencia casi normales si mantienen la enfermedad bajo control. Es esencial controlar la diabetes debidamente para evitar complicaciones. El control se centra en monitorear rutinariamente el azúcar en la sangre, terapia de insulina, aplicada en varias inyecciones al día a través de una bomba de insulina y una dieta sana estricta. Mantener los niveles de azúcar en la sangre en un promedio normal puede reducir la posibilidad de los síntomas de alta o baja azúcar y minimizar el riesgo de problemas de salud a largo plazo relacionados con el control de la diabetes.  Además de una dieta sana, 30 minutos de ejercicio al día pueden también ayudar a su niño a controlar la enfermedad.

¿Qué pueden hacer los padres de niños/as con diabetes? 

Colaborar con su hijo/a y acompañarlo/a, mientras aprende a ser más independiente puede ayudarlo/a a que gradualmente se haga responsable de controlar su diabetes.

Los niños/as mayores de 7 por lo general tienen destrezas motoras suficientes para poder empezar a aplicarse sus propias inyecciones de insulina con la supervisión de un adulto. Pueden también revisar el nivel de azúcar en la sangre varias veces al día, utilizando tiras de prueba tratadas químicamente o un medidor de azúcar en sangre. Sin embargo, estas pruebas autoadministradas deben ser supervisadas por un adulto familiarizado con el tratamiento de la diabetes para cerciorarse de que el niño/a está controlando su diabetes de acuerdo con las pautas proporcionadas por el médico.

Atención en el Garrahan

El Hospital Garrahan cuenta con un equipo interdisciplinario de atención a pacientes con diabetes y estándares de atención definidos como “Modelo óptimo” por la International Society for Pediatric and Adolescent Diabetes y la International Diabetes Federation. Está formado por médicas/os del Servicio de Nutrición especializadas/os en diabetes, licenciadas/os en nutrición del Servicio de Alimentación, un grupo de enfermeras/os de la Unidad Metabólica, que además son educadoras/es en diabetes, psicólogos/as y psiquiatras de Salud Mental y una profesora de educación física de la escuela hospitalaria. Además, colaboran otros equipos como la Clínica de Maduración y la Clínica de Psicopedagogía del Servicio de Clínicas Interdisciplinarias que realizan la evaluación neurocognitiva de los pacientes.