​Infección de oído: ¿cómo prevenir la pérdida de audición?

El síntoma más común de una infección de oído es el dolor; es por ello que la mejor manera de tratarlo es consultar al pediatra.

Según la Sociedad Argentina de Pediatría, los niños/as más pequeños están irritables y lloran. Es posible que esto sea más evidente durante las tomas de leche, ya que succionar y tragar puede causar dolorosos cambios de presión en el oído medio.

Síntomas de la infección de oído:

  • Pérdida del apetito. Es posible que tenga menos apetito a causa del dolor de oído.
  • Dificultad para dormir. Podría tener problemas para dormir a causa del dolor de oído.
  • Fiebre. Podría tener una temperatura entre 37° C (normal) y 40° C.
  • Secreción del oído. Es probable que se note un líquido amarillo o blanco, posiblemente con restos de sangre, que escurre del oído del niño/a. El líquido puede tener mal olor y verse distinto a la cera normal del oído (que es de color naranja amarillento o marrón rojizo). Una vez que el líquido comienza a supurar, el dolor y la presión generalmente disminuyen, pero esto no siempre significa que la infección está pasando. Si esto sucede, no es una emergencia, pero será necesario que se concurra al pediatra para que lo examine.
  • Dificultad para oír. Durante y después de una infección de oído, es posible que el niño/a tenga problemas auditivos durante varias semanas. Esto se debe a que el líquido que está detrás del tímpano interfiere con la transmisión del sonido. El problema generalmente, es temporal y desaparece una vez que se drena el líquido del oído medio.

El médico no puede diagnosticar una infección de oído por teléfono; debe examinar el tímpano del niño para confirmar si hay acumulación de líquido y señales de inflamación.

Otras razones que pueden generar dolor de oído:

  • Una infección de la piel que recubre el canal auditivo, conocida como “oído de nadador”
  • Disminución de la presión en el oído medio a causa de resfriados o alergias
  • Dolor de garganta
  • Dentición o encías inflamadas
  • Inflamación del tímpano durante un resfriado sin acumulación de líquido.

Causas de la pérdida de audición:

Según la Organización Mundial de la Salud, existen factores genéticos que pueden provocar la pérdida de la audición e infecciones intrauterinas como rubéola y la infección por citomegalovirus. Pero las consecuencias de no tratar los dolores o trastornos auditivos durante la infancia y/o adolescencia como: otitis crónicas, otitis media supurativa crónica, presencia de líquido en el oído, meningitis y otras infecciones…, pueden generar pérdida de la audición por no haber sido tratadas oportunamente. 

Esto afecta en muchos aspectos la vida del niño:

  • Comunicación y habla
  • Cognición
  • Educación y empleo: en los países en desarrollo, los niños/as con pérdida de audición y sordera rara vez son escolarizados. Asimismo, entre los adultos con pérdida de audición la tasa de desempleo es mucho más alta. Entre los que tienen un trabajo, el porcentaje de personas con pérdida de audición que ocupan puestos en las categorías más bajas es mayor que la media general de la fuerza de trabajo.
  • Aislamiento social, soledad y estigma
  • Consecuencias en la sociedad y la economía
  • Años perdidos por discapacidad (APD) y años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD)

Prevención:

Según la OMS, es fundamental prevenir la pérdida de audición a lo largo del curso de la vida, desde períodos prenatales y perinatales hasta edades avanzadas. En los niños, casi el 60% de la pérdida de audición se debe a causas evitables que pueden prevenirse aplicando medidas de salud pública. Del mismo modo, las causas más comunes de pérdida de audición en los adultos, como la exposición a sonidos fuertes y medicamentos ototóxicos, son evitables.

Para reducir la pérdida de audición en diferentes etapas del curso de la vida pueden aplicarse estrategias eficaces como:

  • la vacunación,
  • unas buenas prácticas de atención materna y de puericultura,
  • el asesoramiento genético,
  • la detección y el tratamiento de afecciones comunes del oído,
  • programas de protección de la audición en el ámbito laboral, ante la exposición a ruidos y productos químicos,
  • estrategias de escucha segura para reducir la exposición a sonidos fuertes en entornos de ocio, 
  • el uso racional de medicamentos ototóxicos para prevenir la pérdida de audición.

Referencias:

  • Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)
  • Organización Mundial de la Salud (OMS)