El ambiente es todo lo que nos rodea: el aire, el suelo, el agua y lo que estos elementos contienen; es la casa, el barrio donde vivimos, la escuela y nuestro lugar de trabajo. Muchas veces maltratamos el ambiente sin darnos cuenta y esto impacta fuertemente en nuestra calidad de vida, afectando principalmente a los niños.
¿Qué son los entornos saludables para los niños?
Uno de los derechos del niño es a un entorno saludable, que tiene como elemento fundamental la educación medioambiental. Según datos de la UNESCO, más de 1,7 millones de niños menores de 5 años mueren cada año debido a la contaminación del aire y el agua, a la exposición a sustancias tóxicas, así como a otros daños al medioambiente.
Un entorno saludable para ellos, por lo tanto, es aquel en el que tienen acceso a agua potable y saneamiento y no están expuestos a la contaminación o a sustancias tóxicas. Pero este concepto va más allá, y afecta a la escuela, al hogar en el que viven y a la comunidad en la que se relacionan. En este sentido, es fundamental aportar entornos seguros en el colegio (libres de acoso escolar, por ejemplo) y en la familia (por ejemplo, mediante las medidas de higiene y desinfección, y en el caso de las embarazadas la protección frente al humo del tabaco).
¿Por qué los niños son más vulnerables a las amenazas ambientales?
Los niños constituyen el grupo más susceptible a los daños ambientales que también dan lugar a enfermedades, discapacidades y a una mortalidad precoz a lo largo de toda su vida. Hay varias razones que explican esto:
• Están en período de crecimiento y desarrollo, por lo cual la contaminación que los rodea los afecta más.
• Suelen estar (y respirar) más cerca del piso, jugando y haciendo cosas correspondientes a su edad (gatear, tomar objetos del suelo, etcétera).
• Pasan más tiempo al aire libre.
• No reconocen los peligros.
¿Qué es la contaminación?
Es la presencia en el ambiente de agentes químicos, físicos o biológicos de manera tal que puedan ser dañinos para la salud y el bienestar; cualquier cambio negativo que altera los componentes del ambiente (el agua, el aire y el suelo) afectando a los seres vivos. Generalmente, los causamos nosotros con nuestras prácticas habituales de higiene, cuidado del hogar y manejo de la basura, debido a los animales de compañía, y por la manera en la que utilizamos la electricidad, los autos, los plásticos, los pesticidas, etcétera.
¿Qué es la exposición?
Es el contacto de una población o individuo a un agente contaminante.
¿Qué podemos hacer?
Es posible hacer más saludable nuestro ambiente mejorando nuestras prácticas cotidianas y sabiendo cómo cuidarnos y cuidar a los demás.
Medidas para el hogar:
– Aire:
El aire que respiramos se puede contaminar por causas ajenas al hogar como escapes de los motores de vehículos, gases y polvo emanados por fábricas, basurales a cielo abierto, fumigaciones con productos tóxicos, incendios o quema de residuos, o por causas propias del hogar, como el humo de tabaco, el uso excesivo de espirales o insecticidas, la presencia de polvo o humedad, caspa y/o pelo de animales.
La contaminación del aire puede afectar la salud de las personas, principalmente las vías respiratorias, es por eso que se recomienda:
• No fumar: de hacerlo, no se recomienda dentro de la casa, ni en lugares cerrados como el baño o la cocina, ya que los componentes del humo de cigarrillo son más de 3.000 y contienen más de 50 sustancias cancerígenas reconocidas y tóxicos como el cianuro y tolueno. Si no se ventila apropiadamente, estos agentes contaminantes permanecen en el ambiente por cuatro días, quedan impregnados en la ropa, las manos, el pelo y la barba (por lo que es de vital importancia el lavado de manos y cara para aquellos que tienen barba o bigote y el cambio de ropa después de fumar y antes de estar en contacto con los niños).
• Para no levantar el polvo acumulado, se recomienda limpiar los muebles y el piso con trapos húmedos.
• Abrir todos los días las ventanas para ventilar.
• No utilizar braseros para calefaccionar los ambientes, esto consume el oxígeno y puede generar intoxicación por monóxido de carbono.
• A la hora de rociar con insecticidas, es importante primero hacer salir a las personas y animales del lugar, luego cerrar puertas y ventanas, esperar unos minutos, y posteriormente ventilar el ambiente antes de volver a usarlo.
– Agua:
El agua para consumo (beber, comer, bañarse, cepillarse los dientes) debe ser potable. Si existen dudas sobre su calidad, debe ser tratada potabilizándola.
¿Qué es el agua potable?
El agua potable es transparente (incolora), sin olor (inodora) y a la que se le haya aplicado algún tratamiento de purificación como como el hervor o la cloración. Es importante cuidarla utilizándola de manera segura y racional (no dejar abiertas las canillas, reparar las que están goteando, baldear en vez de usar manguera para limpiar, etc.). Puede contaminarse por el arrojo de basura, pesticidas o productos químicos a ríos, lagos y mares que dañan las fuentes naturales de su abastecimiento, así como por la contaminación de las napas (aguas subterráneas) por el inadecuado desagote de cloacas, filtraciones de pozos ciegos o escurrimiento de productos tóxicos utilizados en el suelo (los basurales a cielo abierto también son una fuente importante de contaminación).
¿Cómo potabilizar el agua?
Existen dos maneras seguras de hacerlo:
• Hirviéndola: se coloca agua en un recipiente limpio que va al fuego hasta que rompa hervor (burbujas grandes en la superficie). Es importante no apagar inmediatamente el fuego, si no permitir que la ebullición dure de 2 a 3 minutos, luego dejar enfriar sin destapar.
• Clorándola: se agregan dos gotas de lavandina por litro de agua a consumir, luego se agita y se la deja reposar durante 30 minutos antes de usarla.
Manejo de los residuos
Los residuos son materiales de desecho producidos por las personas en los hogares. Existen dos clases: lo que se pudren –orgánicos– (restos de comida, cáscaras, yerba, etc.) y los que no se pudren –inorgánicos– (envases plásticos o de vidrio, papel, chapas, etc.). Al ser acumulados a cielo abierto dañan el medio ambiente contaminando el agua, el aire y el suelo; generan mal olor y favorecen la proliferación de insectos y roedores. Por ello es muy importante no acumular basura dentro ni cerca de la vivienda, y a la hora de depositarla en recipientes, estos deben ser impermeables, lavables y tener una tapa que los cubra.
La basura en el hogar
La basura siempre está contaminada, por eso es importante mantenerla en un lugar separado de los alimentos y que esté preferentemente tapada. Se recomienda:
– Tirar la bolsa, que la contiene, todos los días, aunque no esté llena y lavar el recipiente con agua y lavandina antes de colocar una nueva bolsa.
– Sacarla en bolsas cerradas un rato antes de que pase el camión de recolección.
– Los pañales con materia fecal deben ser desechados en bolsas cerradas en el recipiente de basura.
– Lavarse las manos después de tocar la basura.
Fuentes:
– Hospital Garrahan – “Recomendaciones para el cuidado de la salud de niños, niñas y adolescentes”.
– La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
– Organización Mundial de la Salud (OMS).