Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental. Este año, La Organización Mundial de la Salud -OMS- propone esta definición: “La salud mental es un estado de bienestar mental que les permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad”. A partir de este precepto, “Hacer de la salud mental y del bienestar para todos, una prioridad global” es el lema que propone la Organización Mundial de la Salud para este año.
Según el organismo internacional, algunos pilares que hacen a la salud mental se basan en la sensación de bienestar o de satisfacción con la propia vida, en la capacidad para afrontar situaciones de estrés que inevitablemente ocurren, en tener la posibilidad de potenciar nuestras habilidades psíquicas y, por último, en poder establecer buenos vínculos con los demás. Mantener estos ejes equilibrados es la base del bienestar psíquico. De este modo, la OMS aclara que la salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales. Se trata de un proceso complejo, que cada persona experimenta de una manera diferente.
¿Cuándo buscar ayuda?
La salud mental es un estado de equilibrio psíquico que por diversas situaciones en la vida puede verse afectado. Por supuesto, la última respuesta la tiene siempre el profesional de la salud al que uno consulte. Sin embargo, hay algunos indicadores que pueden ser una señal de alerta.
- Presentar cambios en las conductas habituales.
- Tener de manera prolongada trastornos de sueño como insomnio o dormir demasiado.
- Aislarse de los demás. Ensimismarse.
- Estado permanente de insatisfacción. No poder encontrar nada positivo en la propia vida.
- Dejar de disfrutar las actividades habituales. Sentirse desganado y desinteresado por un tiempo prolongado.
- Tener un fuerte estado de agotamiento. Tener muy poca energía o nada en absoluto.
- No poder concentrarse en nada.
- Estar insensible, como anestesiado.
- Sentir que ya nada le importa. Mostrar una total abulia por todo.
- Tener un estado de angustia permanente, sin que haya pasado nada especial.
- Imposibilidad de manejar las emociones y/o los pensamientos. Sentirse superado por el mundo interior.
- Dificultad para conectar con los demás.
- Sentirse desesperanzado, vulnerable o indefenso de manera extrema y por un tiempo prolongado.
- Adicciones. Cualquier tipo de adicción es un trastorno de salud mental y debe ser atendido.
- Sentirse muy confundido y olvidadizo. Perder la orientación, estar muy desmemoriado, dejar de entender las cosas. Olvidar palabras, nombres. Tener lagunas mentales.
- Estar excesivamente nervioso o irritable. Sentirse a punto de estallar en cualquier momento.
- Estar preocupado la mayor parte del tiempo. No poder dejar de pensar en las preocupaciones respecto a posibles situaciones futuras.
- Tener miedos y fobias incontrolables. Por ejemplo, miedo a salir a la calle, fobia social, miedo a las situaciones nuevas, etc.
- Generar situaciones de violencia física o verbal con familiares y amigos de manera frecuente.
- Escuchar voces o tener alucinaciones.
- Pensar en lastimarse o lastimar a otros.
- No tener capacidad de realizar las tareas diarias que antes realizaba sin problema.
Servicio de Salud Mental del Hospital Garrahan
El servicio de Salud Mental del Hospital Garrahan está compuesto por 24 profesionales entre psicólogas, psicólogos y psiquiatras. Desde 1988 se ocupan de asistir a las y los pacientes con enfermedades orgánicas que realizan tratamiento en el Hospital.
Las niñas, niños y adolescentes que se atienden en un hospital de alta complejidad como el Garrahan, deben afrontar desafíos singulares como estigmas físicos, dificultades cognitivas, o necesidad de adherir a cuidados especiales, entre otros. La psicología ha desarrollado líneas de intervención eficaces para mejorar este proceso y optimizar su calidad de vida.
Esta es la ocupación principal de las y los profesionales del servicio de Salud Mental del Hospital que a diario recorren las salas de internación para abocarse a estas tareas de asistencia. Además, se atienden urgencias psicológicas y psiquiátricas que se detectan desde los sectores de atención ambulatoria para orientar y derivar a quienes requieren atención especializada pero no realizan tratamiento médico en el Hospital.