Dermatitis Atópica: Una patología tan frecuente como desconocida

El 14 de septiembre es el Día Mundial de la Dermatitis Atópica. En este contexto, la Sociedad Argentina de Pediatría informa que “la dermatitis atópica es una enfermedad de la piel muy común en los niños, suele presentar una evolución crónica, es decir, permanecer varios años, y cursar con exacerbaciones y remisiones”.  Algunos síntomas pueden comenzar durante la lactancia, luego de los 2 o 3 meses de vida. Los pacientes presentan sequedad de la piel y picazón, acompañados de parches en la piel más secos, que se ven enrojecidos y son ásperos al tacto. La picazón puede ser tan intensa que afecta el sueño, y además, el rascado puede generar infecciones de la piel; las manifestaciones varían de localización de acuerdo a la edad del paciente.

  • En los lactantes, se ven en las mejillas, zona del pañal y extensión de los miembros.
  • Entre los 2 años y la pubertad, comienza en los pliegues de los codos o las rodillas. También puede ubicarse en el cuello, las muñecas, los tobillos y los pliegues entre los glúteos y las piernas, mientras que, en la adolescencia y la adultez, afecta el dorso de manos, párpados superiores, cuello y zonas de flexión.

¿Quiénes pueden tener dermatitis atópica? 

Es más frecuente en pacientes con antecedentes familiares de dermatitis atópica, rinitis alérgica y/o asma. También quienes pertenecen a familias pequeñas, con niveles socioeconómicos y educativos altos, y quienes viven en áreas urbanas con altos niveles de polución o con climas fríos.

¿Cómo se realiza el diagnóstico? 

El diagnóstico se realiza examinando al paciente. Rara vez es necesario realizar exámenes complementarios o la consulta con el alergista.

¿Cómo se trata la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica no puede curarse, pero sí puede controlarse: prevenir el empeoramiento, aliviar el dolor y la picazón y evitar las infecciones. La combinación del uso de medicamentos, los cuidados de la piel y los cambios en el estilo de vida lleva a mejores resultados.

Recomendaciones

La SAP recomienda realizar baño diario, corto, con sustitutos del jabón o jabón cremoso, con humectación inmediata de la piel, uso de emolientes sin perfume dos a tres veces por día, ropa liviana de algodón, evitar los agentes irritantes (jabón, cosméticos, talcos, polvos, detergentes, prendas de material sintético), evitar la calefacción muy intensa y medidas de control ambiental.

En el tratamiento se indican corticoesteroides locales, antihistamínicos orales con efecto sedativo para controlar la picazón, antibióticos orales o locales si existe una infección. Se deben evitar las dietas restrictivas salvo que se compruebe una relación directa de los brotes con la ingesta de alimentos.

La enfermedad tiende a desaparecer al crecer el niño, en la mayoría de los casos.

 Consecuencias

Según ADAR – Asociación Civil de Dermatitis Atópica, la consecuencia de estas reacciones, asimismo, puede desembocar en impactos psicológicos tales como:

  • Depresión: Puede darse lo que se denomina Depresión Enmascarada, donde las manifestaciones propias de la depresión se ocultan por síntomas físicos, y a veces por somatizaciones. Es así como puede presentarse en pacientes con enfermedades crónicas de la piel, manifestando su angustia por la queja o enojo con los brotes, la picazón, el dolor de la piel, las erupciones que no cesan, el tratamiento que no funciona, y se suman otras dolencias, del tipo gástricos, cefaleas, dolores musculares o articulares, vómitos, mareos, etc.
  • Estrés: Quienes padecen de esta enfermedad crónica de la piel, la mayoría del tiempo vive un estado de tensión y alerta constante ocasionado por la dificultad en el descanso, la picazón constante y rascados frecuentes, burlas, hostigamientos, dificultad para acceder a los tratamientos, o tratamientos que no responden positivamente, y los brotes perduran en el tiempo. Como resultado todo esto puede generar: pérdida laboral, escolar, o de actividades de la vida diaria, por mencionar solo algunos ejemplos .
  • Ansiedad: Los pacientes transitan constantemente períodos de brotes y de remisiones. Cuando se encuentran en una etapa de remisión, están pensando en cuándo sucederá el próximo brote. Allí se encuentra presente la ansiedad. Suelen sentir que no pueden compartir una salida con sus pares, usar determinada vestimenta, reciben burlas o rechazo, no pueden dormir, sienten picores constantes, no pueden sostener algunas actividades o tienen que faltar al trabajo por fuertes brotes, etc. Estas situaciones van deteriorando la calidad de vida de las personas  . La dermatitis atópica afecta la piel, la psiquis y las emociones. La alteración psicológica es a la vez causa y consecuencia de la enfermedad, haciendo difícil separar uno y otro aspecto.

Factores desencadenantes

Existen varios factores desencadenantes para esta patología que pueden ser aspectos aparentemente inofensivos de la vida diaria y, aunque muchos puedan ser controlados por los pacientes, muchos otros están fuera de su control: factores inmunológicos, factores genéticos y factores ambientales.

Equipo de Fototerapia

El Hospital Garrahan cuenta con un equipo de fototerapia para tratar patologías complejas de la piel. Es el primer hospital público del país que dispone de este equipo permitiéndole al paciente acceder a esta terapia en forma gratuita.

Se trata del Equipo de Fototerapia UVA-1 compuesto por 8 lámparas que emiten radiación ultravioleta A (UVA-1) posicionándose a una distancia de aproximadamente 20 cm del paciente, permitiendo que los rayos ultravioletas penetren hasta la dermis interactuando mediante mecanismos inmunomoduladores con linfocitos, melanocitos, fibras de colágeno, histiocitos y otros elementos de la dermis.

Este equipamiento es de utilidad en el tratamiento de linfomas cutáneos, enfermedad injerto versus huésped cutánea, esclerodermias y estados esclerodermiformes y otras patologías como dermatitis atópica, psoriasis y vitíligo. Por tal motivo no solo será de utilidad para el tratamiento de pacientes del Servicio de Dermatología, sino también para pacientes oncológicos, trasplantados y con enfermedades del tejido conectivo. Además, podrán ser tratados pacientes que sean derivados de otros centros de salud.

La utilización de esta nueva tecnología podría evitar, en algunos pacientes, el tratamiento con inmunosupresores y las posibles complicaciones que estos fármacos provocan. Además, su uso no requiere la internación de los pacientes, pues se realiza en  forma ambulatoria.

El Equipo de Fototerapia UVA-1 fue adquirido por la Fundación Garrahan a través de una donación de la Fundación Amalia Fortabat para la compra del mismo.