Por año, se detectan 1400 nuevos casos de cáncer infantil en Argentina. El Hospital Garrahan atiende el 35% de estos casos, sobre todo los de mayor complejidad. Un tratamiento de oncología pediátrica implica muchas restricciones en la vida de un niño y/o niña mientras cursa la enfermedad. Pero los chicos con cáncer tienen sus derechos. ¿Los conocemos?
El esparcimiento y el juego son imprescindibles en el cuidado del niño y niña con cáncer.
Derecho 1: Descanso, esparcimiento y juego
Los niños con cáncer se enfrentan a un tratamiento que puede implicar internaciones prolongadas e intervenciones dolorosas. Atraviesan angustias, ansiedades y miedos respecto de la enfermedad y su evolución. El sostén emocional para ayudarlos a afrontar la enfermedad y su tratamiento es fundamental. El descanso, el esparcimiento y el juego son imprescindibles en el cuidado del niño con cáncer, y contribuyen a su fortaleza física y emocional. La existencia de espacios recreativos permite que los niños puedan despejarse y desplegar su creatividad, ejerciendo su derecho al esparcimiento y al juego.
Derecho 2: Volver a sus casas
Estar con su familia, en su casa, con sus juguetes, ayuda aliviar el estrés y la ansiedad del niño y niña con cáncer.
Entre los distintos bloques o ciclos del tratamiento de un niño con cáncer se da la posibilidad de una externación. “Volver a casa” implica estar en un ámbito de mayor intimidad y comodidad. Además, el hecho de estar cerca de su familia, sus amigos y sus objetos y espacios conocidos les permite a los niños disminuir los niveles de estrés y ansiedad, preparándose mejor para una nueva internación. Por eso, se busca favorecer las condiciones para que los niños puedan volver a su hogar y estar con sus allegados en todos los momentos en que el tratamiento lo permita.
Derecho 3: Educación
Los niños con cáncer tienen derecho a recibir educación durante todo el tratamiento de su enfermedad. La participación conjunta de todos los involucrados en el proceso educativo del niño permitirá generar condiciones propicias para su reinserción a la escuela, sin temores ni discriminación, y con conocimiento sobre la enfermedad y sus cuidados por parte de todo el entorno del niño.
Todos los derechos de las niñas y niños con cáncer son importantes. ¡Conocelos!
Derecho 4: Saber lo que les sucede, estar informados
Los niños con cáncer tienen derecho a contar con información sobre lo que les sucede y sobre cómo serán las distintas etapas del tratamiento que van a recibir. El acceso a la información y el hecho de que se contemplen sus necesidades emocionales les permite a los niños prepararse mejor desde un punto de vista psicológico para afrontar la enfermedad y su tratamiento.
Derecho 5: Alivio del Dolor
El derecho al alivio del dolor es un derecho humano que incluye a toda persona independientemente de su edad y su condición médica. Los niños sienten dolor, tienen memoria del mismo, y cambian conductas por el dolor.
El derecho al alivio del dolor es un derecho humano que incluye a toda persona independientemente de su edad y su condición médica.
Derecho 6: Tomar decisiones
Los niños tienen derecho a que sus opiniones sean respetadas y a que se procure su consentimiento para las prácticas médicas, siempre orientando el proceso de toma de decisiones al mejor interés del niño. Para ello, es fundamental que se establezca una comunicación fluida entre el niño, su familia y el equipo de salud, brindándole al niño información específica y adecuada para su nivel de desarrollo, y dándole la posibilidad de expresar sus opiniones y preferencias.
Derecho 7: Atención médica de calidad
El niño con cáncer, como cualquier otro niño, tiene derecho a acceder a atención médica de calidad. Los cuidados específicos de calidad en oncología infantil implican que los niños sean tratados según las guías o recomendaciones vigentes, por profesionales idóneos y en unidades de oncología adecuadas según el tipo de patología y su momento evolutivo específico.
En el Hospital Garrahan se atienden el 35% de los casos de cáncer infantil. Los índices de sobrevida alcanzan al 70%, al igual que en los países desarrollados.