Cada 15 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer Infantil, enfermedad poco frecuente que en Argentina afecta a 1.340 niñas y niños por año. El acceso a una atención clínica temprana y el seguimiento oportuno son fundamentales para mejorar los índices de sobrevida.
En Argentina, el cáncer afecta a 1.340 niñas y niños por año. De esa cifra, el 80% se atiende en hospitales públicos y cerca del 40% lo hace en el Hospital Garrahan. El Centro de Atención Integral del Paciente Hemato-Oncológico (CAIPHO) de dicho hospital diagnostica y lleva el seguimiento de 520 pacientes al año.
Casa Garrahan, uno de los principales Programas de Fundación Garrahan, que brinda alojamiento y contención a niñas, niños y adolescentes de todo el país que, junto a sus acompañantes, se encuentran bajo tratamiento ambulatorio o a la espera de un diagnóstico en los Hospitales Pediátricos Garrahan, Gutiérrez y Elizalde, hospeda anualmente al 45% que padece esa afección.
Para mejorar la tasa de sobrevida del cáncer, que en la población infantil es del 80%, la detección temprana y el tratamiento oportuno son fundamentales.
“El porcentaje de sobrevida es alto siempre y cuando se realice un diagnóstico oportuno, es decir, precoz, preciso y que se administre un tratamiento en tiempo y forma, ofreciendo un cuidado clínico pediátrico que acompañe el tratamiento y su seguimiento”, aseguró el Dr. Pedro Zubizarreta, Jefe del Servicio de Hematología y Oncología del Hospital Garrahan.
El cáncer infantil comprende numerosos tipos de tumores distintos, siendo los más frecuentes la leucemia, el cáncer cerebral, el linfoma y los tumores sólidos como el neuroblastoma y el tumor de Wilms.
A diferencia de lo que sucede con la población adulta, dicha afección no se puede prevenir ni detectar mediante estudios de pesquisa.
Mientras que en países de altos ingresos más del 80% de los niños con cáncer se curan, en el caso de muchos de ingresos medianos y bajos la tasa de curación es del 20% como consecuencia de diagnósticos incorrectos o tardíos, dificultad para acceder a la atención sanitaria, abandono del tratamiento, muerte por toxicidad y mayores tasas de recidivas.
Día Mundial del Cáncer Infantil
En el año 2001 se proclamó el Día Mundial del Cáncer Infantil por la Organización Internacional de Cáncer Infantil, una red formada por 177 organizaciones nacionales de padres de niños que padecen la enfermedad con presencia en 90 países en los 5 continentes, con el objetivo de mejorar la accesibilidad al diagnóstico y tratamiento preciso y a tiempo, incluyendo atención psicológica, a todos los infantes en el mundo y sensibilizar y concientizar sobre los desafíos a los que se enfrentan junto a sus familias.
El pronóstico y la evolución de quienes tienen cáncer depende tanto de un diagnóstico temprano, así como de las medicinas esenciales asequibles. Es por eso que la capacitación de todo el equipo de salud para la sospecha temprana y la derivación oportuna es fundamental, así como la implementación de políticas de salud que acompañen a los pacientes y sus familias durante todo el proceso de la enfermedad (la Ley de Oncopediatría 27.674 fue promulgada en junio de 2022).
El símbolo del cáncer infantil es el lazo dorado que se utiliza en todo el mundo, elegido en 1997 por un grupo de padres de niños con dicha afección en Estados Unidos, para concientizar y movilizar más la atención, con el fin de minimizar las muertes y discapacidades producto de ella. Se eligió el color del oro, porque es un metal muy preciado e invaluable al igual que los niños. Además, el mismo soporta el proceso en el que, mediante fuego, pasa a ser más fuerte y resistente, como sucede con los infantes que desarrollan resistencia al hacer frente a todos los retos difíciles y dolorosos que trae aparejada la enfermedad.
Recomendaciones generales
- Los pacientes pediátricos con sospecha de cáncer deberán ser remitidos a Hospitales con Unidad de Hemato-Oncología Pediátrica.
- Los padres son los mejores observadores de sus hijos en el inicio de la enfermedad: deberá tenerse siempre en cuenta su percepción al momento de pensar en una eventual derivación.
- De acuerdo a la presencia de síntomas y signos compatibles de cáncer se solicitarán los exámenes complementarios iniciales, de ser necesarios.
- Ante la sospecha de cáncer en niñas, niños y adolescentes, los exámenes complementarios no deben limitar las gestiones de referencia para la atención en el nivel especializado.
- Se debe evitar el uso indiscriminado de exámenes e intervenciones innecesarias que demoren la derivación o que luego deban ser repetidos en el centro receptor.
- Ante la presencia de al menos uno de los siguientes signos/síntomas solicitar, según corresponda, exámenes complementarios en primera instancia (radiografía de tórax, hemograma/frotis, ecografía, etc.). Ante resultados anormales o persistencia de síntomas, derivar a un Hospital con Unidad de Hemato-Oncología Pediátrica:
– Palidez marcada.
– Astenia.
– Irritabilidad.
– Fiebre mayor a 10 días no justificada.
– Infección respiratoria baja a repetición.
– Adenopatías generalizadas.
– Hematomas no justificados.
– Dolor óseo localizado o generalizado (mayor a 4 semanas) que despierta a la niña o niño por las noches, de intensidad creciente o que limite sus actividades diarias.
– Dolor de espalda persistente o cojera no justificada.
- Ante la presencia de al menos uno de los siguientes signos/síntomas, se deberá derivar a un Hospital con servicio de emergencia pediátrica de manera inmediata para su estabilización, y luego se derivará a un Hospital con Unidad de Hemato-Oncología Pediátrica para su atención:
• Letargia, sin causa que la justifique.
• Cefalea intensa acompañada o no de vómitos (en general a chorro, sin sensación de náuseas), con confusión o desorientación, o con uno o más síntomas adicionales como diabetes insípida. Signos de hipertensión endocraneana.
• Crisis convulsiva de nueva aparición.
• Petequias o hepatoesplenomegalia no justificada.
• Ensanchamiento mediastínico/masa hiliar y derrame pleural o pericárdico en radiografía de tórax.
• Masa abdominal con signos de abdomen agudo (signos de ruptura o torsión de ovario).
• Anuria/Oligoanuria no explicada, hidronefrosis, hematuria.
• Déficit motor/pérdida de fuerza de miembros inferiores (sospechar bloqueo medular).
Fuentes:
– Hospital Garrahan (Servicio de Hematología y Oncología).
– Centro de Atención Integral del Paciente Hemato-Oncológico (CAIPHO).
– Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).