¿Cómo hago para que mi hijo pruebe más alimentos saludables?

Es muy común que los niños y niñas especialmente, entre 2 y 4 años sean selectivos con los alimentos a la hora de comer. Esta actitud genera mucha ansiedad en los padres preferentemente en aquellos empecinados en que sus hijos coman verduras y frutas y que éstos se niegan a hacerlo.

Reconocer que la selectividad es normal y que generalmente dura poco tiempo, puede hacer que las comidas sean más agradables. Un enfoque discreto con respecto a la selectividad para comer puede ayudar a que los niños cedan y prueben una variedad más amplia de alimentos.

Estrategias básicas que puede probar:

● Cuando sea posible, haga las comidas en familia y dé el ejemplo de comer alimentos más saludables y variados. Los niños a menudo miran y se adaptan a los hábitos de los padres, los hermanos mayores y los pares. Cuando el resto de la familia come comidas equilibradas que incluyen frutas y verduras, es más probable que los niños hagan lo mismo. Además, cuando los padres muestren que están dispuestos a probar alimentos nuevos, los niños también lo harán.


● Mantenga horarios regulares y estructurados para comidas y refrigerios. Cree una regla por la que los niños deban sentarse en la mesa sin distracciones ni dispositivos.

●Permita que su hijo elija qué y cuánto comer de lo que se le ofrece. Al mismo tiempo, evite las comidas o refrigerios por separado si se niegan a comer. Incluya, al menos, un alimento que al niño le guste en las comidas y los refrigerios.


● Permita que los niños rechacen o se nieguen a comer un alimento, pero igualmente vuelva a ofrecérselo más tarde. Pueden requerirse 15-20 intentos para que los niños prueben un alimento nuevo. La exposición repetida puede ayudar a que un alimento que rechazó se convierta en uno nuevo favorito.


● Incluya a los niños para que le ayuden en la selección, el cultivo y la preparación de los alimentos. Cuanto más participen, más probable es que, finalmente, prueben los alimentos.


● Muestre interés en aprender sobre alimentos, nutrición, cultivo y cocina. Muchos niños también se interesarán en los alimentos y en ver qué gusto les agrada.

Frutas y verduras todos los días!


Según la Mg. Sandra Blasi, Area Alimentación Hospital J.P. Garrahan este grupo de alimentos es muy importante por el aporte de vitaminas y minerales que necesita nuestro cuerpo para fortalecer nuestro sistema inmunológico, que es el encargado de defendernos y mantenernos sanos ante posibles agentes causantes de enfermedades.

¿Cómo puedo aumentar el consumo de estos alimentos?


*Tener fruta lavada y cortada previamente en la heladera, así está al alcance de todos los integrantes de la familia para su consumo.
*Agregar todos los días una fruta en el desayuno y la cena a elección en preparaciones como compotas, purés, asadas, budines, panqueques, muffins, pinchos de frutas, licuados o ensaladas agridulces.
*Llevar una fruta siempre en la mochila, bolso, mochila así siempre tenés una opción rápida y saludable en caso de tener hambre entre las comidas principales.
*Incorporar verduras en las preparaciones por ejemplo: brócoli con fideos, croquetas de zapallitos y papa, en hamburguesas de pollo y zanahoria, ñoquis de zapallo, guiso de lentejas con verduras y también en preparaciones dulces como budín o galletitas de zanahoria.

Estrategias específicas según la edad

Consejos específicos para cada edad y etapa del desarrollo:

Durante el embarazo. Adopte un hábito de comer, al menos, un alimento “inusual”, nuevo o amargo algunas veces por semana. Los sabores pasan a través del líquido amniótico, lo que presenta a su bebé en gestación una “prueba” temprana de alimentos que, quizá, esté más dispuesto a comer después. Además, cuanto más pruebe alimentos nuevos, más comenzarán a gustarle y podrá servir de ejemplo para que su hijo los coma.

Lactancia. Comer una amplia variedad de alimentos mientras amamanta puede aumentar la exposición de su hijo a esos alimentos a través de la leche materna. Hacer que los sabores le sean más familiares disminuye la probabilidad de que su hijo los rechace cuando los coma como alimentos sólidos.

Cuando incorpore alimentos sólidos, aproximadamente, a los 6 meses del bebé, ofrezca un alimento por vez, y trate de incluir verduras amargas, pescado y apenas un poco de especias desde el principio. Incorpore alimentos con una variedad de texturas y aromas. (Una vez que haya incorporado todos los ingredientes de una receta, está bien prepararlos en conjunto.) Los bebés tienen papilas gustativas inmaduras, por lo que están más abiertos a comer casi cualquier cosa durante el primer año de alimentos sólidos. Cuando el bebé comience a comer sólidos, asegúrese de que los alimentos sean blandos y lo suficientemente pequeños para evitar la asfixia.

Niños pequeños. Entre los 18 meses y los 2 años, muchos niños comienzan a mostrar desagrado por los alimentos que no conocen, lo que se llama “neofobia”. Deje pasar esta etapa, sin abandonar el hábito de comer las comidas en familia. Evite el ansia de forzar a un niño a comer o entablar batallas a la hora de comer. Pero tampoco dé todos los gustos a los niños selectivos para comer. Siga ofreciendo, al menos, un alimento que a su hijo le guste en cada comida, junto con un equilibrio saludable de otros alimentos, sin importar que los coma o no. Para evitar el desperdicio de comida, sirva porciones pequeñas de los alimentos que probablemente rechace.

Niños en edad preescolar. Involucre a los niños en edad preescolar en el proceso de elegir y cocinar los alimentos. Es más probable que los niños coman lo que ellos cultivan, eligen o preparan. A los niños en edad preescolar les suelen gustar las verduras de la huerta con una crema para untar, salsa o mantequilla de frutos secos. Pruebe una versión más saludable que los niños también pueden ayudar a preparar con la receta de salsa ranchera de yogur griego para untar (abajo).

Niños en edad escolar. Organice una huerta en miniatura para ayudar a los niños a aprender de dónde vienen sus alimentos. Plante alimentos fáciles de cultivar que el niño probablemente se resistiría a probar si no fuera de ese modo, como espinaca o pimientos.

Adolescencia. Cree un compromiso de comer en familia, al menos de 2 a 3 veces por semana. Si lo hace, es más probable que un adolescente coma una comida equilibrada. Además, las investigaciones muestran que las comidas en familia pueden fortalecer las relaciones familiares y disminuir la probabilidad de comportamientos riesgosos. Asigne a sus hijos adolescentes la tarea de ayudarles ocasionalmente a elegir y preparar las comidas, lo cual puede ayudarles a desarrollar habilidades de cocina. Solicite que la comida tenga una proteína, un cereal, una fruta y un vegetal pero, de otro modo, evite controlar en forma excesiva lo que su hijo adolescente elige.

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