La intoxicación por plomo es una enfermedad que puede prevenirse, que es peligrosa durante la infancia y que sucede, sobre todo, en países en desarrollo. Argentina no está exenta a esta situación y, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo se estima que entre 15.000 y 18.000 niños y niñas presentan daños cognitivos-conductuales a causa de la principal enfermedad ambiental que puede prevenirse, es decir la intoxicación con este metal.
“El plomo es persistente y se transporta a través del aire, agua y suelo”
El plomo es un metal altamente tóxico, un componente natural del suelo que se encuentra en un 0.002% de la corteza terrestre. Pero su concentración en el ambiente es muchísimo más alta debido a las actividades humanas, como la producción y la utilización de este metal en fábricas y producción de objetos para consumo humano.
Además el plomo es persistente y se transporta a través del aire, agua y suelo, por lo que resulta contaminante para los alimentos y afecta a todos los seres vivos. Y es que justamente el adecuado desarrollo en la infancia depende de la salud, el ambiente y la educación. Pero, ¿qué hacer para proteger a los niños y niñas de la posibilidad de una intoxicación por plomo?
“Los niños y niñas absorben el plomo cinco veces más que los adultos y, además, los mecanismos de detoxificación son inmaduros durante la infancia”
Los pediatras del Hospital Garrahan y autores del libro “El ambiente donde los niños crecen”, Marisa Gaioli y Marcelo Andrade, afirman: “Los niños constituyen una población vulnerable en relación a la exposición al plomo por las características físicas: por su estatura se encuentran más cerca del suelo, tienen hábito de pica, inhalan mayor volumen de aire y beben mayor volumen de agua en relación a su peso”.
Se sabe que, por sus características metabólicas, el plomo se absorbe cinco veces más en los niños y niñas -en relación a los adultos- y que los mecanismos de detoxificación son inmaduros durante la infancia.
“Durante la infancia es cuando más se es vulnerable a la intoxicación por plomo, una enfermedad ambiental que puede traer consecuencias muy graves a la salud”
“Una vez que el plomo ingresa al organismo se une a los glóbulos rojos y un 3% permanece disuelto en el plasma, así es transportado por la sangre, alojándose en el hígado, riñones,
pulmones, sistema nervioso central y periférico, bazo, corazón y en tejidos duros como huesos, dientes, uñas y pelos pudiendo permanecer allí por décadas”, especifican Gaioli y Andrade. Además, lamentablemente, el plomo también atraviesa la placenta y puede encontrarse en la leche materna.
¿Qué puede producir este metal pesado en la infancia? La exposición aguda produce dolor abdominal, vómitos, diarrea, insuficiencia renal, hipertensión arterial, convulsiones, coma e incluso la muerte. En la exposición crónica -y a bajas dosis- el curso suele ser subclínico y prolongado. Puede producir: anemia, dolor abdominal recurrente, pérdida del apetito, retraso del crecimiento y retraso de la pubertad, hipoacusia, alteraciones de la visión, hipertensión arterial, compromiso de la función renal, alteración de las funciones motoras y del neurodesarrollo disminuyendo el coeficiente intelectual (CI), ocasionando dificultades en el aprendizaje, falta de atención, alteración de la memoria.
Principales fuentes de exposición al plomo:
- Desechos industriales
- Nafta
- Pinturas
- Juguetes
- Plomadas
- Cerámicas y porcelanas vidriadas
- Fundiciones de metales, fábricas de pirotecnia, talla de diamantes
- Obras de renovación o demolición
- Frutas y verduras cultivadas en tierras contaminadas
- Suministro de agua no potable
- Cañerías de plomo
- Cables
- Algunos cosméticos
- Lápices y crayones de colores que contienen plomo
- Trabajos de artesanía con elementos que contengan plomo
- Municiones
- Ingesta de animales cazados con municiones
- Plaguicidas
- Fábricas e industrias de fundiciones
¿Cómo reducir la exposición al plomo?
- En caso de cañerías antiguas de plomo, deje correr el agua durante 15-30 segundos (para arrastrar el plomo que se deposita por erosión) antes de utilizarla para beber o cocinar.
- Evite el consumo de alimentos en lata cuya soldadura sea de plomo.
- No cultive su huerta en suelos con sospecha de contaminación: las verduras absorben alta cantidad de plomo.
- Agregue residuos orgánicos (yerba, cáscara de frutas etc) a la tierra donde cultiva verduras para reducir la concentración de plomo en ellas ya que esa materia orgánica absorbe el metal.
- No almacene jugos o bebidas en jarras de vidrio coloreadas o cerámicas vidriadas por períodos prolongados.
- Lave las manos de los niños después de jugar, cuando regresan de la calle y antes de las comidas y siempre que fuera necesario.
- Las mamaderas, chupetes y juguetes (especialmente los peluches) deben ser lavados frecuentemente.
- Mantenga limpios los cuartos o zonas de juego de los niños.
- Si sospecha exposición a plomo, o tiene la inquietud de conocer acerca de los efectos adversos del plomo en la salud, consulte a su pediatra de cabecera.
- Comente su sospecha de exposición al plomo con sus vecinos y con las maestras en la escuela de su hijo.