Infancias felices: claves y recomendaciones

Lic. Marin: Antes que nada debemos partir de la base de que para vivir una infancia plena todo niño necesita tener un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, psicológico y social. Lamentablemente, no todos los niños poseen las condiciones de vida necesarias para poder desarrollarse saludablemente. 

Todos los niños deberían tener la posibilidad de crecer en el seno de una familia que les brinde tiempo, cariño, comprensión y respeto y que además de atender sus necesidades físicas y emocionales, les proporcione tiempo para jugar, que es la actividad más propia de la infancia. 

Muchos padres están muy preocupados por asegurar el futuro de sus hijos, por lo que hoy en día muchos niños permanecen doble jornada en instituciones educativas, y además de ello ocupan casi  todo su tiempo libre con actividades extra programáticas que los prepararían para tener mayores oportunidades cuando crezcan.  

Entendiendo que en la actualidad los padres pueden permanecer fuera del hogar muchas horas, y que además de la formación académica, esta elección es el modo que muchas familias encuentran para que los niños estén en un sitio seguro mientras los adultos  cumplen con sus obligaciones, no quiero realizar juicios de valor al respecto, pero si remarcar que los niños para crecer sanos  necesitan tener tiempo libre y tiempo para jugar.  

Portal Garrahan: ¿Por qué es tan importante jugar? 

Lic. Marin: El juego es una actividad imprescindible para el desarrollo, debería ser la principal ocupación de todo niño. Posibilita de manera agradable y divertida aprender todo tipo de habilidades para la vida. Los aprendizajes más esenciales se hacen jugando.    

Son innumerables los beneficios que el juego aporta a la infancia. Mediante el juego se ejercitan funciones cognitivas como pensar, recordar y resolver problemas. 

Cuando nuestros hijos corren, saltan y trepan no están desperdiciado su tiempo, están desarrollando sus habilidades motoras, sus nociones de espacio. Cuando construyen o exploran descubren el mundo y aprenden a sortear contratiempos. En el juego los niños experimentan con el lenguaje, aprenden a reconocer y expresar sentimientos, ejercitan roles sociales y cultivan la imaginación.   

 En la infancia el juego es la mejor herramienta para la socialización, jugar crea lazos con otros niños, enseña cooperación, empatía, reglas sociales. También ayuda a tolerar la frustración, aliviar tensiones y reducir el estrés ya que crea un ambiente propicio para recrear y elaborar todo tipo de situaciones. 

Al permitir el desarrollo de todas estas habilidades, un niño que juega desarrolla su autoconfianza y seguridad y se conecta mejor con su entorno. 

Hoy en día es una tarea algo compleja para las familias lograr un equilibrio entre las ocupaciones de los adultos y jugar con los chicos. Es muy importante que todos los padres podamos incluir dentro de la rutina momentos de juego  con nuestros hijos para poder fortalecer los vínculos afectivos.  

Jugar con nuestros hijos es la mejor manera de hacerlos sentir amados y fortalecer su autoestima, de conocerlos, de apreciar su singularidad, de enseñarle lo que esperamos de ellos y de fortalecer la comunicación y la unión familiar.

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Portal Garrahan: ¿Qué otros elementos tenemos que tener en cuenta para que los niños crezcan felices? 

Lic. Marin: Enseñarles a desarrollar y regular sus  emociones es una tarea primordial si queremos que disfruten de su niñez y el día de mañana sean adultos felices.  ¿Cómo lo logramos? Permitiéndoles que estén en contacto con todas sus emociones, haciéndoles ver que está bien experimentar todo tipo de sentimientos, no ignorar por ejemplo el enojo o la tristeza, permitir que los identifiquen, que los pongan en palabras y ayudarlos a superarlos y a lidiar con ellos.    

También es importante que aprendan a identificar las emociones de los demás, es decir ejercitar la empatía, aprendiendo a ser tolerantes y solidarios con otros niños y adultos.  

Otro punto es ayudarlos a descubrir sus habilidades y fortalecerlas, no limitarlos y menos ponerle etiquetas.  Alentarlos cuando algo los motiva,  y ante las dificultades ayudarlos a  buscar distintas perspectivas y posibilidades  para sortearlas.  Propiciar que  ejerciten  el sentido del humor los  ayuda a centrarse en una visión más optimista del mundo.   

Los niños también necesitan que valoremos su empeño y sus logros para fortalecer su autoestima, que le demos  responsabilidades acordes a su edad y les pongamos  límites.  Aunque protesten,  todos los niños los necesitan para crecer y deben impartirse con amor y firmeza y nunca con violencia. 

Una cuestión fundamental: Limitemos las pantallas!! Hoy en día los niños de todas las edades pasan la mayor parte del tiempo usando tecnologías, a desmedro de su salud física y mental.  Las pantallas limitan la actividad física, el encuentro con otros y el uso de la imaginación. Estemos presentes, disponibles para ellos, para escuchar sus opiniones y atender sus necesidades,  proporcionémosle estímulo para explorar,  aprender, crear y establecer vínculos genuinos. 

Portal Garrahan: ¿Nos definirías salud física y salud mental?  

Lic. Marin: La salud no es simplemente la ausencia de enfermedad, sino un estado de bienestar físico, emocional y social que nos permite desenvolvernos normalmente en nuestro entorno.  Tiene un componente subjetivo, que tiene que ver con cómo percibe cada uno que se encuentra para afrontar los desafíos de la vida cotidiana.  

Cuando hablamos de salud física nos referimos al bienestar del cuerpo, a un buen funcionamiento de nuestro organismo. 

Al referirnos a salud mental hablamos de un estado de equilibrio y bienestar psíquico, emocional y social.  Podríamos decir que una persona que tiene salud mental es una persona que se siente a gusto consigo misma con sus defectos y virtudes, que se siente bien con los demás y que es capaz de hacer frente a las demandas de la vida cotidiana. 

Portal Garrahan: ¿A qué signos debemos estar atentos las madres y padres? 

Lic. Marin: Estamos acostumbrados a reconocer  más fácilmente los signos físicos de alarma que presentan nuestros hijos, son los síntomas por los que frecuentemente concurrimos a la consulta pediátrica:  fiebre, síntomas gastrointestinales, respiratorios, manifestaciones cutáneas o dolencias de cualquier índole. 

En lo que se refiere a la salud mental, los signos más frecuentes y fáciles de reconocer que los niños   presentan ante el malestar emocional son alteraciones en el sueño o la alimentación, dolores somáticos sin causa orgánica, irritabilidad, ansiedad y temores o regresión a comportamientos de etapas previas.   

Como les venía diciendo, la actividad más  genuina de un niño es jugar, si un niño no puede jugar o su juego es puramente agresivo debemos prestar atención a lo que le sucede. 

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Portal Garrahan: ¿Cuándo debemos acudir a un profesional de salud mental? 

Lic. Marin: En líneas generales podemos decir que cuando  sus emociones o su conducta le impidan desenvolverse normalmente en su vida diaria, es decir que dificulte su vínculo con los demás, no pueda rendir en la escuela o realizar las actividades esperables para su edad.   También ante cambios repentinos de humor o de conducta que no logremos explicar o cualquier situación que nos genere preocupación o no sepamos cómo manejar.