Cómo evitar ahogamientos en verano…

Según cifras del Ministerio de Salud de la Nación, en 2019 fallecieron por esta causa 476 personas en la Argentina, 64 de las cuales eran niños menores de 5 años. Según el Dr. Eduardo Silvestre, Jefe del Área Ambulatoria del Hospital Garrahan y divulgador científico del Grupo Medihome, “a la hora de los baños en el hogar, “nunca se debe dejar al bebé solo, ni siquiera para atender la puerta”, subrayó  el especialista. 

Debido a estas cifras, desde la Organización Mundial de la Salud y desde Sociedad Argentina de Pediatría recomiendan instalar barreras para restringir el acceso a las masas de agua, cercado de piletas, atención especializada para aquellos que viven cerca de espejos del agua, enseñar a los niños en edad escolar a nadar y capacitar a las personas del entorno en técnicas de resucitación cardiopulmonar (RCP), entre otras medidas.

El ahogamiento es una de las principales causas de muerte relacionada con lesiones no intencionales en la infancia y la adolescencia. Se define como ‘el proceso conducente a la imposibilidad de respirar debido a la sumersión-inmersión en un líquido’. Según el Ministerio de Salud, en el 2019 fallecieron por ahogamiento 476 personas en Argentina, de las cuales 64 eran niños de cero a 5 años, lo que significa que aproximadamente cada 5 días en nuestro país se ahogó un niño de menos de 5 años.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera al ahogamiento “un problema de salud grave y desatendido” con características de pandemia, ya que mueren en el mundo por esta causa, aproximadamente 236.000 personas por año. Por la forma en que se clasifican estas defunciones, la magnitud real del problema está subestimada hasta en un 50% en los países de altos ingresos, mientras que en los países de ingresos bajos y medianos puede existir una tasa de ahogamientos cuatro o cinco veces mayor. Además, afirma que el ahogamiento representa una de las 10 principales causas de muerte en niños y jóvenes, en casi todas las regiones del mundo y advierte que el riesgo de ahogamiento es mayor en niños, adolescentes varones y en personas con fácil acceso al agua.  En este sentido, desde el Comité de Emergencias de la SAP,  se subrayó la importancia de utilizar elementos de protección como chalecos salvavidas validados por las autoridades competentes, desconfiando de aquellos recreativos que se venden en jugueterías, pero que no tienen por finalidad el cuidado del niño ante situaciones de emergencia acuática.

La vulnerabilidad de los niños es diferente según la edad. Los menores de 1 año dependen de sus cuidadores y pueden ahogarse muy rápido y silenciosamente en poca cantidad de agua, como en baldes, tachos, zanjas, acequias y pozos. Mientras que los menores de cinco años, en general, se ahogan en piletas o espacios con agua en o cerca de sus domicilios. Como aún son pequeños para reconocer el peligro o para salir del agua, corren grandes riesgos, especialmente cuando no existen barreras ni vigilancia adecuada. Los niños mayores y los adolescentes tienen más probabilidades de ahogarse en masas de agua naturales como ríos, arroyos, mares y lagos.

Cuidar a los niños

La supervisión de los niños pequeños en el agua debe ser cercana, constante, competente y atenta por un adulto responsable. Esta es una estrategia preventiva esencial que también incluye la identificación de áreas de peligro.En los adolescentes, la mayoría de los ahogamientos suceden por la combinación de exceso de confianza en las habilidades para nadar, una subestimación de situaciones peligrosas en o cerca del agua y el consumo de alcohol y/o drogas.

Aprender a nadar debe ser una prioridad para todas las familias. Se debe tener en cuenta que el momento de inicio del aprendizaje de la natación es individual y depende de una variedad de factores, como la frecuencia de exposición al agua, las condiciones de salud, las limitaciones físicas, la madurez emocional y el acceso a técnicas de enseñanza adecuadas en ambientes controlados.

 Principales factores de riesgo 

● Carencia o inapropiada supervisión de los niños pequeños en o cerca de masas de agua.

● Ausencia de vallados seguros y de señalización que adviertan del peligro.

● Falta de sensibilización respecto de la seguridad en el agua.

● Comportamientos de riesgo en torno a masas de agua.

●  Inundaciones debidas a lluvias extremas, tormentas, etc.

●  Transporte por agua en embarcaciones superpobladas, mal mantenidas o sin los elementos de seguridad necesarios.

●   Vivir en la proximidad del agua.

●  Antecedentes personales de la víctima, como algunas enfermedades cardiovasculares y neurológicas.

 Sugerencias

●  Instalar barreras para restringir el acceso a las masas de agua. El cercado de piletas es una de las estrategias de prevención más importantes.

● Crear espacios seguros para los niños en edad preescolar, con atención especializada para las poblaciones que viven cerca del agua (por ejemplo, guarderías).

●Enseñar a los niños de edad escolar a nadar y las competencias para la seguridad y salvamento en el agua.

● Capacitar a las personas del entorno en técnicas de rescate seguras y RCP.

● Establecer y aplicar reglamentos de seguridad para la navegación recreativa, comercial y de personas.

●Mejorar la gestión de los riesgos de inundaciones en los ámbitos local y nacional. 

  • Mejorar la sensibilización pública respecto del ahogamiento y poner de relieve la vulnerabilidad de los niños.

● Coordinar las actividades de prevención de ahogamientos con las de otros sectores y programas.

●  Elaborar un plan nacional de seguridad en el agua.