El 28 de julio se conmemora el Día Mundial de las Hepatitis Virales; la Alianza Mundial contra las Hepatitis subraya que muere 1 persona cada 30 segundos en el mundo por causas vinculadas a las hepatitis virales y este año, como lema para concientizar, propuso que esta enfermedad ‘NO puede esperar’. Según la Dra.Miriam Cuarterolo, especialista Área Hepatología Pediátrica Hospital J.P Garrahan, “en el mundo existen más de 350 millones de personas infectadas con este virus, de éstas, el 15-25 % desarrollarán cirrosis y eventualmente un hepatocarcinoma”.
Dra. Cuarterolo ¿qué es la hepatitis B y cómo se transmite?
-La hepatitis B es una de las enfermedades infecciosas crónicas con más alta prevalencia. En el mundo existen más de 350 millones de personas infectadas con este virus, de éstas, el 15-25 % desarrollarán cirrosis y eventualmente un hepatocarcinoma. Respecto de sus características, el virus B de la hepatitis (HBV) es un virus de ácido desoxirribonucleico, de la familia de los hepadnaviridae, tiene la capacidad de integrarse al genoma del individuo infectado y perdurar en el organismo. Esta propiedad del HBV aumenta las posibilidades de desarrollo de un carcinoma. Cuando la infección se produce durante el período neonatal y hasta el primer año de vida, más del 90 % de los niños evolucionarán hacia la cronicidad.
¿Cómo “evoluciona” este porcentaje?
-Disminuye según la edad y llega al 5 % después del quinto año de vida; las vías de transmisión son la vertical, de una madre positiva para el HBV al recién nacido, en la actualidad la forma más frecuente de infección en niños, la horizontal, parenteral y sexual.
¿Cuáles son los síntomas principales de esta enfermedad?
-La hepatitis B crónica en niños es generalmente asintomática; en menos de 4% de los casos evoluciona a fibrosis y cirrosis, con posibilidad de desarrollo de hepatocarcinoma.No obstante, existen raros casos de hepatocarcinoma sin cirrosis.Estas complicaciones indican la necesidad de realizar un seguimiento riguroso de los pacientes con hepatitis B, con examen físico, determinación de enzimas hepáticas, alfafetoproteína y ecografía abdominal.
“La hepatitis B crónica en niños es generalmente asintomática”
¿Qué diferencias hay entre hepatitis B y C y cuál es la más frecuente en niños y adolescentes?
-En la edad pediátrica, ambas infecciones son infrecuentes en nuestro país y la mayoría de los casos son asintomáticos. El modo de transmisión y las medidas de prevención son similares, si bien no se dispone de vacuna para hepatitis C, existen nuevos tratamientos efectivos para esta infección.
¿Cuál es la forma de prevención y tratamiento en el caso de contraer el virus?
–La búsqueda del HBV en las mujeres embarazadas y la administración de inmunoglobulinas y vacuna durante las primeras 12 horas de vida al recién nacido han disminuido los casos de transmisión vertical. No obstante, continúa siendo de alrededor del 5 % en hijos de madres con alta replicación viral durante el embarazo, a pesar la aplicación de las medidas profilácticas correspondientes. Estos casos pueden ser controlados indicando tratamiento antiviral durante el tercer trimestre del embarazo.Es por ello que, la vacunación, la prevención de la drogadicción intravenosa, las medidas de higiene y la educación sexual son también elementos fundamentales para evitar esta infección.
¿Cómo se imparte el tratamiento durante los primeros años?
-En esos primeros años de vida, el tratamiento estaría indicado solamente en casos de un aumento importante de enzimas hepáticas y presencia de fibrosis, con el objetivo de producir su regresión o evitar la progresión hacia la cirrosis. Diferentes drogas han sido utilizadas en los últimos 20 años con un bajo porcentaje de eficacia, alrededor del 20 % de los niños pasan de una fase activa a una inactiva al final del primer año de tratamiento. Presentan posibilidad de desarrollo de mutantes virales y diversos efectos adversos. Sin embargo, el tratamiento oportuno en algunos casos elegidos puede evitar la progresión de la enfermedad, ya que la menor replicación viral lograda por el mismo puede disminuir el grado de inflamación hepática. El trasplante hepático por hepatitis B crónica es requerido raramente en pediatría y las indicaciones son el carcinoma hepatocelular y la cirrosis con insuficiencia hepática.
¿Cómo continuaron los tratamientos durante la pandemia?
-No hubo pacientes con hepatitis B en tratamiento durante la pandemia hasta el momento en el hospital.
¿Cuál es la importancia de la vacunación en cuanto a la contribución de merma de casos potenciales?
-La vacunación es la estrategia más eficiente en lograr un impacto significativo en la transmisión del virus de la hepatitis B, lo que convierte a esta infección en una enfermedad inmunoprevenible. Debemos considerar también que las otras medidas de prevención mencionadas son de fundamental importancia.
¿Cuáles son las estrategias en materia de prevención que imparten los gobiernos?
-En 1992, en Argentina, mediante la Ley Nacional Nro. 24.151/92, se indica la vacuna para hepatitis B a grupos de riesgo y, en forma obligatoria, al personal de salud. En noviembre del año 2000, se incorpora en el Calendario Nacional Obligatorio (Resol. Nro. 940/00) para el niño recién nacido, y tres años más tarde, para preadolescentes (11 años) que no hayan sido vacunados previamente. Finalmente, en 2012 se estableció la vacunación universal. Desde entonces, la vacuna para hepatitis B se encuentra en centros de salud públicos y vacunatorios, se administra de forma gratuita y sin necesidad de orden.
“La vacuna para hepatitis B se encuentra en centros de salud públicos y vacunatorios, se administra de forma gratuita y sin necesidad de orden”
¿Cuáles son las estadísticas actuales en casos de hepatitis en la Argentina y en América Latina?
–La Argentina es de baja endemicidad para la hepatitis B, la prevalencia es inferior al 2%.
Se reportan alrededor de 500 casos por año en los últimos años, siendo éstos más frecuentes en adultos entre 20 y 40 años. En cuanto a la transmisión materno infantil se destaca una prevalencia baja en el grupo de embarazadas (alrededor del 0.13%) y un muy bajo número de casos notificados en menores de un año. Esta información es recabada por las unidades centinelas que forman parte del sistema de vigilancia.
Con respecto a Sudamérica, la prevalencia varía según la región, existiendo una gran diversidad incluso dentro de un mismo país. Regiones con alta prevalencia, como la cuenca del río Amazonas y el noroeste de Sudamérica contrasta con la baja prevalencia de la región sureste. Se estima que hay una tasa de prevalencia del 4.8% en las comunidades rurales de Bolivia, del 1.8 a 23% en ciertas regiones de Colombia y del 5 a 11% en algunas regiones de Venezuela.