La Semana del prematuro se conmemora todos los años con el fin de concientizar sobre los derechos de los niños y niñas nacidos antes de tiempo. Uno de ellos es tener contacto, mientras están internados, con su mamá y papá. En el Hospital Garrahan, donde funciona una unidad de alta complejidad para la atención de prematuros con complicaciones en el periodo post natal, confirman que madre y padre son parte del equipo de tratamiento para que un bebé con estas características pueda salir adelante.
El contacto piel a piel entre la madre y el recién nacido internado es uno de los pilares más importantes, sino el fundamental, para la recuperación y la evolución neuro madurativa de un bebé prematuro que requiere atenciones de alta complejidad en unidad de terapia intensiva neonatal.
En el tratamiento del prematuro cobra gran importancia el contacto piel a piel entre la madre y el recién nacido, que promueve y facilita la producción de leche materna, estabiliza la temperatura y parámetros vitales, favorece el apego y vinculo temprano. Sobre todo, es fundamental la presencia y la participación de la madre y el padre durante la internación ya que está ampliamente comprobado que de esta forma se estabilizan más rápido, recuperan peso, acortan su internación y mejora su neurodesarrollo.
El doctor Gustavo Goldsmit, jefe del Área de Terapia Intensiva Neonatal del Hospital Garrahan, destaca el hecho de que tanto madre y padre “son parte de nuestro equipo, realmente con la participación de ellos la recuperación del bebé es más probable”. Frente a este dato, madres y padres cuentan con ingreso irrestricto las 24 horas a la terapia intensiva neonatal del Hospital Garrahan y los doctores y doctoras “los instamos a que estén, a que pregunten, a que se animen a ser parte de los cuidados porque es su bebé y, a veces, en una situación tan compleja se delegan los cuidados por miedo”.
“El bebé reconoce el olor, la voz y el latido de su mamá entre un millón de latidos y esto lo tranquiliza”, destaca la especialista en neonatología del Garrahan, Lidia Galina, y da un ejemplo contundente: “un prematuro está en una incubadora que tiene un motor, que hace ruido, que es muy distinto a su mamá, si esa mamá lo levanta lo apoya en su piel vuelve a sentir su corazón, se tranquiliza, está en su casa”.
El contacto piel a piel también es beneficioso para la madre, que adquiere confianza en ella y el equipo de salud integrándose a los cuidados de su bebé. Además, que un recién nacido prematuro pueda ser alimentado desde el nacimiento con la leche de su mamá ha demostrado mejorar su crecimiento físico y su evolución neuro madurativa, además de prevenir múltiples complicaciones. “Aunque no pueda ser alimentado nosotros enseñamos a la mamá a humedecer el rostro del bebé con su leche, porque la piel es la primera capa de absorción de nutrientes”, dice Galina.
El 8 por ciento de cada 1000 recién nacidos vivos nace antes de las 37 semanas de gestación y el 1,2 por ciento son menores a 1.500 kilogramos.